Alquien dijo ya por aquí que al visionar esta película entran ganas de darle las gracias al director y todo su equipo por el rato pasado y el buen cuerpo que a uno se le queda. Estoy muy de acuerdo en ello. Da gusto contemplar estas historias intimistas, tan bien hechas, sin tanta parafernalia en su conjunto y con ese ritmo desosegado que tanto apetece sentir de vez en cuando. Me ha gustado mucho y me ha dejado muy buen cuerpo. De lo que he visto de Luppi hasta el momento, es lo que mas me ha gustado. El papel que desarrolla es el de un hombre sencillo y honesto. Sin caer esta vez, el guión así lo exige, en esa manía de la que algunas veces pecan las cintas argentinas con filosofadas interminables, y que al mismo tiempo tanto apetecen cuando aptecen, y por qué no decirlo, tan bien saben hacer. Te la recomiendo para un día de esos en los que te apetece ver una historia verdadera y sencilla en su envoltorio después de haberte tragado unas cuantas pelis de las que entretienen, muchas veces apetece y se agradece esto, y buscas otra cosa. A los que os guste este tipo de cine, no os defraudará en absoluto. Hacer que parezca fácil lo que haces, en realidad, es lo difícil. Bien por ello, Mignogna.