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España España · Breña Baja
Voto de burrito:
9
Western Cuando Bob Carey sale de la cárcel, después de una larga condena por asesinato, inicia la búsqueda de María, su antigua novia. Pero pronto averigua que, durante su ausencia, ésta se ha casado con Clifford, un rico hacendado. La felicidad de dicho matrimonio es sólo aparente, María, en realidad, está gravemente enferma; padece un tumor cerebral cuyas molestias ella atribuye a un imaginario embarazo. Para operar a María es necesario ... [+]
5 de noviembre de 2017
9 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Joaquín Luis Romero Marchent fue el director pionero en la introducción en Europa, en la década de los 60´s, de un género tan profundamente americano como es el Western y el principal responsable en convertir el desierto de Almería en una nueva Arizona, toda vez que en los EE.UU este tipo de cine estaba dando sus últimos coletazos. Desde el año 1955 al 1962 rodó 4 películas con los personajes de El Coyote y El Zorro. En 1963 dirigió otros 2 westerns más, "Tres hombres buenos" y una de sus obras cumbres, "El sabor de la venganza" y fue precisamente el éxito de estas producciones lo que abrió una brecha en la industria cinematográfica europea que contribuyó de manera decisiva al surgimiento un año después del denominado Spaguetti-Western -a raiz del éxito tremendo que tuvo la película de Sergio Leone, "Per un pugno di dollari", que se estrenó sólo 55 días antes de esta "Antes llega la muerte"-, que revolucionó por completo el género. Paradójicamente, el triunfo del spaguetti-western trastocaría la brillante carrera de J. L. Rodríguez Marchent, mucho más cercana al western clásico, fundamentalmente en la vertiente conocida como western psicológico (a este respecto, su gusto por la sobriedad narrativa y para reflexionar sobre la violencia y sus consecuencias, sobre la venganza como fracaso o sobre las dinámicas de grupo, le emparentaría fundamentalmente con Anthony Mann y con Budd Boetticher) y sus incursiones en el género se fueron espaciando más a partir de entonces, hasta abandonarlo en el año 1967. Unos años más tarde, en 1972, estrena otra película inclasificable, "Condenados a vivir", brutalmente violenta, sin ningún tipo de concesiones, de una gran rudeza y nihilismo, que pudo haber significado una revancha en toda regla contra los rumbos emprendidos por el género en toda Europa.

Para el rodaje de esta coproducción hispano-italiana, su director contó con un holgado presupuesto para la época (15 millones de pesetas, gran parte gracias a una subvención del Ministerio español, ganada a pulso, todo sea dicho de paso, gracias a sus éxitos anteriores), lo que le permitió rodar un western itinerante en donde atraviesan por territorio indio y por un desierto, con varias localizaciones de exteriores y además pudo contar con numerosos extras para escenas de acción, como la del ataque de los indios a un Fuerte. Las escenas del desierto se rodaron en Almería, las de los paisajes nevados en Los Picos de Europa y Sierra Morena, y otras partes se rodaron en Hoyo de Manzanares, Madrid (lugar, donde por cierto, se rodaron la mayor parte de escenas de la trilogía del dólar de Sergio Leone).
Parte de un gran argumento, en cierto modo autobiográfico (pues la madre de este director había fallecido de cáncer de pulmón) y tiene un gran arranque, en donde destaca la economía de medios para presentarnos a los 4 protagonistas. A partir de entonces no hace nada más que mejorar, siendo admirable el gran desarrollo que tienen todos los personajes y el aroma de fatalismo que envuelve toda la función.
Queda patente el trasfondo humanista de los personajes, a la manera del concepto americano del género (el odio devendrá en respeto y la ambición en sacrificio), a diferencia de la amoralidad propia del S-W, aunque instile unas gotas del nuevo estilo, como la "suciedad" de alguno de los componentes de la caravana. También incluye la idea de aventura/descubrimiento de un contienente salvaje que tenían los pioneros en los westerns clásicos y son inevitables las referencias a grandes títulos como "Stagecoach" (este es el más evidente de todos ellos, además del guiño que supone hacia el mismo el hecho de compartir el nombre de Ringo, -en La diligencia encarnado por John Wayne y en esta película por el actor Robert Hundar), "The Law and Jake Wade" (cuando llegan al pueblo minero que ha sido arrasado por los indios), "Man of the West" (en la pelea que mantiene Jesús Puente con dos de los bandidos) y otros, así como todas las secuencias del desierto, que no dejan de recordarme a la estupenda película de William A. Wellman "Yellow Sky".
En esta cinta (al igual que en "El sabor de la venganza"), es fundamental el papel de la mujer (la actriz italiana, que en realidad se llamaba Maria Fié, se erige en el eje central en torno al cual pivota todo el argumento y todas las relaciones personales), a diferencia de "las mujeres florero" de gran parte de los S-W. Además, la actriz Gloria Milland se asemeja a la actriz fordiana por excelencia Maureen O´Haara, ya que ambas son pelirrojas.
Utiliza elipsis y como en las películas de John Ford, rueda muchos planos en los que se ven los exteriores desde dentro de una casa, por ejemplo a través de una ventana, o se ve el paisaje en la lejanía a través de los carromatos. Asimismo, como el gran maestro, dosifica de forma excepcional los elementos de comedia (llevados a cabo por los actores Fernando Sancho, por su compañero de apuestas Beni Deus y por el "chino" Gregorio Wu), que convenientemente intercalados, sirven para suavizar la dureza de todo lo que estamos contemplando.
La partitura musical de Riz Ortolani conserva una sonoridad clásica heredada de Victor Young o Dimitri Tiomkin.
El paisaje constituye un elemento dramático de primer orden, potenciado por la pantalla ancha del Cinemascope, que marca las reacciones de los personajes y el devenir de la historia, con esos parajes nevados y desérticos, las dificultades que tienen ascender por unas dunas, la arena en los rostros sedientos y el permanente peligro de los indios (en el "spaguetti" el paisaje suele dejarse de lado como elemento solamente estético y todo el meollo se concentra en las problemáticas interpersonales).
Los actores brillan todos ellos a un gran nivel, pero la interpretación de Jesús Puente roza la perfección y a su vez es el único actor que se dobla a sí mismo (la película fue enteramente doblada como era costumbre en el eurowestern, por la internacionalidad de sus repartos entre otras razones).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
burrito
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