Acabo de terminar de ver esta película de la cual guardaba gran expectativa. Debo decir que cuando veía los créditos finales se me hizo imposible no pensar en todos los críticos, tanto profesionales como aficionados, que le ponían notas excelentes a esta obra del director manchego. Al mismo tiempo pensé en el cuento infantil “El traje nuevo del Emperador” de Hans Christian Andersen en la que ningún súbdito se atrevía a afirmar que el rey estaba desnudo por temor a ser tildado de tonto. Siento que a muchos cinéfilos tal vez les pueda pasar lo mismo con el señor Almodóvar, que temen pecar de incultos o ignorantes si se atreven a blasfemar en contra del realizador español. Pues hay que atreverse a decirlo, la película es mala, muy mala. Por lo menos a mí, me pareció sosa, rebuscada e inverosímil. Las actuaciones, exceptuando la de Elena Anaya, me resultaron planas y desabridas (mención aparte merece ese adefesio de tigre violador que más bien parecía un pésimo recicle del Polvazo de Kika). El personaje de Paredes totalmente prescindible.
Si todavía no las has visto y sos fan de Pedrito Almodóvar deberías verla apenas para no desajustar la colección. ¡Suerte!