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España España · bilbao
Voto de ernesto:
9
Intriga Andrew Wyke (Laurence Olivier) es un prestigioso escritor de novelas de intriga. Además, su pasión por los juegos de ingenio y las adivinanzas lo ha llevado a convertir su gran mansión en una especie de museo, donde se exponen los juguetes y mecanismos más extravagantes. Una tarde, invita a su casa a Milo Tindle (Michael Caine), amante de su mujer y propietario de una cadena de salones de belleza, para proponerle un ingenioso plan del ... [+]
12 de septiembre de 2007
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Joseph L. Mankiewicz fue y será siempre uno de los grandes. Y La Huella es un claro ejemplo de por qué digo esto.
Un solo decorado, dos únicos interpretes, una historia que se mueve siempre en el límite (de la credibilidad, de la coherencia, del disparate...), y 140 minutos de metraje. Con estos ingredientes lo más fácil era estrellarse de lleno contra su propia ambición. En cambio, lo que Mankiewicz consiguió fue realizar una película ingeniosa, brillante, arrolladora, novedosa, de una inventiva extraordinaria, en definitiva, un clásico casi instantáneo.
La historia desarrolla un juego macabro entre dos personajes. Un anciano escritor y el amante de su mujer. A partir de ahí podríamos dividir la acción en tres actos y un epilogo, cada uno mas brillante y apasionante que el anterior. El juego que plantea el guión es rebuscado y cruel provoca una sensación absolutamente gozosa en el espectador. Afortunadamente el guión consigue sortear sabiamente todas las trampas que propone, y se aprovecha de ellas en su propio beneficio.
La película se desarrolla en un único decorado, una suntuosa mansión victoriana, pero en ningún momento tenemos la sensación de agobio que esto podría provocar, ya la sorprendente puesta en escena nos atrapa y nos manipula a su antojo llevándonos por rincones que siempre parecen nuevos. Solo un talento como el del director podía ser capaz de conseguir esta sensación.
Por último mencionar a los dos y únicos protagonistas. Dos genios de la interpretación que aquí hacen dos trabajos memorables por encima del elogio. Si Michael Caine resulta, con igual convicción, vulnerable, asustado, cínico y provocador, lo de Laurence Olivier en sencillamente magistral. Su desesperación en el tercer acto de la película, cuando trata de encontrar cinco objetos en su propia casa, es asombrosa y contagiosa.
La Huella acaba resultando una película arriesgada, que se mueve en un filo muy peligroso, pero del que sale triunfante gracias al talento enorme de todos los que intervinieron en ella.
ernesto
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