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España España · bilbao
Voto de ernesto:
7
Drama En un barrio obrero inglés de los suburbios, Mia (Katie Jarvis), una adolescente frustrada y solitaria de 15 años, huérfana de padre y cuya madre (Kierston Wareing) apenas se ocupa de ella, se enfada cuando se entera de que ésta sale con un hombre, el atractivo Connor (Michael Fassbender). Desde el comienzo él se porta muy bien con ella y con su hermana pequeña, pero a pesar de ello no le gusta que su madre pretenda meterle en sus vidas. (FILMAFFINITY) [+]
16 de noviembre de 2010
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cada vez que un director inglés decide hacer una película sobre la clase obrera ambientada en los suburbios de una gran ciudad británica, las comparaciones con Ken Loach son inevitables. Y eso aunque las intenciones y los resultados del director en cuestión sean completamente diferentes a las de Loach. Eso es lo que le pasó a la directora Andrea Arnold cuando se dio a conocer, no hace mucho tiempo, al gran público con su película Red Road. Y es curioso, porque en esta película la directora demuestra tener una personalidad que poco tiene que ver con otras películas ambientadas en entornos parecidos.
Su segunda película, Fish Tank, si se puede decir que tiene más puntos en común con lo que se puede esperar de una película de estas características. Su componente social está más acentuado, y resulta más obvio. Pero aun así, Andrea Arnold vuelve a mostrar más interés en las personas que en sus circunstancias.
La historia se centra en Mia, que a sus quince años es una adolescente cabreada con el mundo. Ella y su madre, todavía joven, no se soportan, su hermana pequeña es un incordio, se lleva mal con sus amigas, y se mete en problemas en cuanto tiene ocasión. Solo con el baile consigue aislarse de todo lo que la rodea y disfrutar de unos buenos ratos de tranquilidad. Todo cambia el día en que su madre se echa un nuevo novio. Un tío atractivo, educado y amable al que poco a poco va considerando como su único aliado en su difícil paso por la adolescencia.
La película tiene un giro de guión bastante notable, que nos revela la verdadera cara de un personaje, y que hace que la película adquiera una consistencia que quizás hasta ese momento se echaba de menos.
Andrea Arnold prescinde de la atmósfera inquietante que envolvía su atractiva Red Road para centrar todo el peso de la película en la rabia que desprende el personaje protagonista, a la que interpreta con las dosis adecuadas de energía, pasión y cierta ingenuidad la debutante Katie Jarvis. Su furia y su desesperación (la secuencia con la niña) llegan perfectamente al espectador.
También es justo destacar el trabajo de Michael Fassbender, actor de gran magnetismo, que hace absolutamente convincente a su complejo personaje.
Con solo dos películas, el cine de Andrea Arnold, como el del director Shane Meadows, se está convirtiendo en una alternativa al cine, ya clásico y previsible, del maestro Loach, aportando frescura y modernidad a los entornos y personajes de siempre.
ernesto
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