Una vez más asisto con horror al Dantesco espectáculo de la visión en el patíbulo, de aquel que nos invita a reflexionar sin por ello querer matarnos de aburrimiento.

Esta película, te hace pensar sobre la importancia de la educación y hasta qué punto nos marcan nuestras primeras experiencias. Retrata como podría ser un encuentro con nuestro creador, y cuál es la primera y más obvia pregunta que le haríamos, y que probablemente tiene una complicada respuesta. El valor de una promesa, el perdón del traicionado, el deseo de transcendencia, el amor hacia los padres, el deseo de vivir y la emoción y la belleza de los primeros aprendizajes.

La idea de que la inteligencia artificial también heredará nuestros defectos, debilidades y anhelos como la venganza, la violencia, el miedo, el deseo de ser libre, querer y ser querido, nos debería hacer replantearnos hasta que punto realmente queremos crear seres con auto consciencia, encerrados en una maraña de cables y micro procesadores llamados ordenadores e internet. ¿Queremos crear en ser vivo con sentimientos, para que nos sirva y sea, al fin y al cabo, nuestro esclavo? ¿Podremos deshacernos de él cuando no nos sirva sin que eso sea igual que una ejecución?

Por último y como en todas sus películas, el director explora la maldad. ¿Hasta qué punto los malos son malos, o creamos nosotros esos monstruos mediante la discriminación, el abandono, los entornos violentos, la carencia afectiva y la necesidad de aprender a defenderse? Es posible que al final esos que parecen ser tan malos, en el momento de la verdad tengan más honor y valor que muchos de los que nos creemos buenos y que creemos encajar en la sociedad.

Todos estos y muchos otros puntos son desplegados a lo largo de la historia, con una fotografía y una música que intensifica estas ideas y consigue emocionar. Es verdad que no estamos del todo acostumbrados que nos hagan reflexionar en una cinta con acción y con buen ritmo, pero yo creo que es mucho mejor vehículo que otras películas que te someten a una lentitud y un sufrimiento infumables.

Para mí, una vez más, el público no quiere reconocer que se divirtió y reflexiono a la vez, con una película enormemente entretenida, porque es una historia plagada de acción, y decir que una de esas pelis es muy buena queda muy mal, y hace parecer que somos unos garrulos y que no entendemos de cine. Si, señoras y caballeros. Mejor sigamos poniendo notas altísimas a productos que vimos a punto de dormirnos y deseando que salieran ya los títulos de crédito. Así pareceremos unos culturetas y hasta puede que liguemos con tía buena, mientras podamos fingir que un plano fijo de más de un cuarto de hora nos interesa, y que esa película en la que solo dijeron tres palabras, y lo más emocionante fue ver un plano fijo de barra de una barra de pan criando moho, nos puso los bellos de punta, cuando en realidad estas pensando que te aburres mas que oyendo un campeonato de sudoku por radio.

Y ahora vas y lo cascas.