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Voto de Niccólito:
10
6.7
44,674
Comedia. Drama. Romance
Miles, un divorciado deprimido, aspirante a escritor y apasionado del vino, propone a su viejo amigo Jack, un actor fracasado que está a punto de casarse, hacer un viaje para visitar viñedos y probar vinos antes de su boda. Forman una extraña pareja: Jack es un seductor; Miles, un pesimista. Jack pretende saborear sus últimos días de libertad, Miles sólo aspira a paladear un vino perfecto. Jack se conforma con un Merlot barato, Miles se ... [+]
16 de abril de 2007
16 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
Resulta siempre maravilloso el sentirse conectado a una película, a la historia que nos narra y a las emociones de sus personajes hasta el punto en el que los bordes de la pantalla desaparecen (no importa de que tamaño sean) y estamos ahí con ellos. Sideways (título hermoso y poético que debería haber sido conservado en su forma original) escapa de cualquier valoración fría y metódica que podría hacerse de sus virtudes (un más que excelente guión, una fotografía realmente sorprendente con un uso de la luz en altos contrastes que nos recuerda al gran Janunzs Kaminzsky y una puesta en escena con pulso y con algún momento realmente inspirado como el de la primera borrachera de Miles en el restaurante, la perdida del sonido, la cámara en mano todo contribuye a que vivamos los efectos del alcohol como pocas veces lo hemos hecho a través del cine) o en sus defectos que también los tiene, sobre todo en la abundancia de planos de postal narrativos que sólo sirven para hacer que la historia avance pero que no aportan nada de substancia (me refiero a esas puestas de sol acompañados por la música, con los personajes sonriendo pero sin que oigamos sus voces, un recurso facilón y fuera de lugar que ha emborronado no pocas obras de interés, La misión de Roland Joffé es una de las películas que más se resienten de este defecto en su tramo central, no es que arruine la película pero resulta poco elegante incluirlos porque revelan una fragilidad en el guión, lo que serían las costuras del mismo, un vacío entre escenas que no se sabe como rellenar, para ver como usar este recurso de manera fantástica Munich de Steven Spielberg, la primera conversación entre los futuros asesinos del gobierno israelí se resuelve en su tramo final con este recurso, pero no para tapar ningún agujero en la trama, sino como contrapunto poético al infierno que aguarda a estos hombres del que muchos no volverán) a la historia y consigue ser una película que simplemente se disfruta pero no como mero entretenimiento. Hay mucho más. El debut de Alexander Payne parece ser un homenaje a todos los anónimos de este mundo, a todos aquellos que nos esforzamos por alcanzar nuestros sueños e ilusiones y que irremediablemente fracasamos, en mayor o en menor medida, alejándonos de nuestra ilusión de niños y apagándose con ella el brillo de nuestra mirada, ya cansada de fabular y obediente a la madurez que nos es regla de vida.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Pero no nos llevamos en esta obra el recuerdo amargo de estar viendo nuestro presente o nuestro futuro como presente inagotable, no, lo que nuestro corazón nos dicta al dejarnos llevar en esa hermosa poesía que puede encerrar el vino y quienes lo beben y las manos que lo sembraron y los atardeceres y lluvias que vieron sus uvas es una extraña calma, una alegría triste de sabernos en el buen lado. Puede ser que nuestros sueños sólo vivan cuando cerremos los ojos, puede ser que las quimeras y los deseos deban de ser coto de unos pocos para que no tengamos que sufrir de ser uno más, sentados en un bar o en el metro, ni más ni menos que quién se sienta a nuestro lado, pero también tenemos derecho a pensar con orgullo en nuestras vidas, pues cada una de las que existe es real y única para quién la vive, un río que uno siempre navega sólo por más cerca de nosotros que estén quienes queremos. Por ello debemos disfrutar de los Sideways que nos deparen los mañanas y saber valorar nuestra suerte como nuestra y vivir.