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Voto de Ed Lauter:
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7.3
72,853
Intriga. Thriller. Ciencia ficción. Drama
César, un atractivo joven que ha heredado de sus padres una gran fortuna, vive en una espléndida casa en la que organiza lujosas fiestas. Cuando una noche conoce a Sofía y se enamora de ella, Nuria, su antigua amante, se muere de celos. Al día siguiente, yendo en coche con César, Nuria intenta suicidarse provocando un accidente. Cuando César se despierta en el hospital descubre que su rostro ha quedado horriblemente desfigurado. (FILMAFFINITY) [+]
16 de octubre de 2021
6 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
A Amenábar hay que concederle el mérito de haber sacudido los cimientos del cine español con su debut (Tesis, 1996) en un momento en que el cine de género en España parecía sepultado para siempre por una industria empeñada en machacar el espectador con comedietas ridículas, historias de la Guerra Civil y pajas mentales de autor. Eso sí, nunca faltaba en ese cine una buena ración de tetas, un desnudo sin venir a cuento o unas cuantas escenas de sexo para compensar la falta de talento cinematográfico. Tesis, una opera prima llena imperfecciones, llegó a ganar 7 Goyas ni más ni menos impulsada, más que por su calidad, por el gigantesco soplo de aire fresco que suponía encontrarse en la cartelera un thriller que no procediera del otro lado del Atlántico. Con el paso de los años al revisionarla es inevitable no poder dar crédito a la cantidad de galardones que obtuvo si no es por el contexto en que fue estrenada.
El segundo film de Amenábar, Abre los ojos, fue mucho más ambicioso que su debut. El jovencísimo director se había convertido de la noche a la mañana en un fenómeno de nuestro cine y, bajo esa aureola de genio que todo el mundo parecía otorgarle, puso toda la carne en el asador para producir una historia mucho más compleja y poliédrica que la de Tesis, que incluso se atrevía a flirtear con la ciencia-ficción, y que volvió a arrasar favorablemente entre crítica y público, rendidos ante el bautizado como "Hitchcock español".
Sin embargo no hay más que revisionarla a día de hoy para, igual que ocurría con su ópera prima, constatar que el contexto y la situación del cine español en el momento de su estreno son factores fundamentales para comprender cómo una película tan floja como ésta pudo llegar a causar tal impacto. De hecho el propio Alejandro Amenábar la considera la peor película de su filmografía y reconoce sin avergonzarse los numerosos defectos que la lastran, defectos que el cinesta atribuye a la juventud e inexperiencia tanto suya como la de su entonces inseparable guionista Mateo Gil.
El segundo film de Amenábar, Abre los ojos, fue mucho más ambicioso que su debut. El jovencísimo director se había convertido de la noche a la mañana en un fenómeno de nuestro cine y, bajo esa aureola de genio que todo el mundo parecía otorgarle, puso toda la carne en el asador para producir una historia mucho más compleja y poliédrica que la de Tesis, que incluso se atrevía a flirtear con la ciencia-ficción, y que volvió a arrasar favorablemente entre crítica y público, rendidos ante el bautizado como "Hitchcock español".
Sin embargo no hay más que revisionarla a día de hoy para, igual que ocurría con su ópera prima, constatar que el contexto y la situación del cine español en el momento de su estreno son factores fundamentales para comprender cómo una película tan floja como ésta pudo llegar a causar tal impacto. De hecho el propio Alejandro Amenábar la considera la peor película de su filmografía y reconoce sin avergonzarse los numerosos defectos que la lastran, defectos que el cinesta atribuye a la juventud e inexperiencia tanto suya como la de su entonces inseparable guionista Mateo Gil.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Lo cierto es que Abre los ojos cuenta con una premisa más que interesante, pero desarrollada en una historia torpemente narrada y aún peor interpretada. Eduardo Noriega, en su segundo papel principal tras Tesis, demostraba ya entonces la alarmante incapacidad actoral de la que hemos podido "disfrutar" a lo largo de toda su carrera. Bajo mi punto de vista es uno de los peores actores españoles que he visto jamás, con el agravante de tener siempre papeles principales destacados en casi todas sus películas. Fele Martínez, quien también co-protagonizaba Tesis junto a Noriega, parece incluso peor actor que en su anterior film, perjudicado notablemente por unos diálogos ridículos e impostados que Amenábar y Gil achacan a su bisoñez como guionistas. El elenco femenino tampoco se salva, con una Najwa Nimri haciendo de ella misma, como siempre, con esa voz susurrante absolutamente cargante y molesta. Y a su lado Penélope Cruz, otro gran misterio del cine español de los últimos 25 años. No voy poner en duda su belleza, pero sí el presunto talento como actriz que tantos directores sí parecen otorgarle. En esta película parece por momentos idiota, aunque igual que Fele Martínez, su papel y sus lineas de diálogo no le ayudan demasiado.
La primera hora de película, hasta que César (el personaje interpretado por Noriega) comienza a perder la razón, es absolutamente irritante, con ese romance exprés entre Noriega y Cruz, que parecen competir por ver quien parece más bobo. Además, es una historia de flechazo absolutamente incoherente entre dos chavales que se conocen de una sola noche, con una química más que dudosa y siendo además César un pichabrava que se tira todo lo que se mueve.
Si uno no tira la toalla ante esta tortura se encuentra con una media hora final por lo menos intrigante para saber qué cojones le está pasando a César. Su epílogo me recordó a Desafío total (Total recall, 1990), el pelotazo de Paul Verhoeven que jugaba de una manera mucho más audaz con el mundo de los sueños. Es este final el que posiblemente conceda a esta película la reputación casi de clásico de la ciencia-ficción o el fantástico en nuestro país. A mi sin embargo me parece una buena idea a la que le sobra una hora de metraje, la dedicada a presentar a unos personajes que se me hacen insufribles.
La primera hora de película, hasta que César (el personaje interpretado por Noriega) comienza a perder la razón, es absolutamente irritante, con ese romance exprés entre Noriega y Cruz, que parecen competir por ver quien parece más bobo. Además, es una historia de flechazo absolutamente incoherente entre dos chavales que se conocen de una sola noche, con una química más que dudosa y siendo además César un pichabrava que se tira todo lo que se mueve.
Si uno no tira la toalla ante esta tortura se encuentra con una media hora final por lo menos intrigante para saber qué cojones le está pasando a César. Su epílogo me recordó a Desafío total (Total recall, 1990), el pelotazo de Paul Verhoeven que jugaba de una manera mucho más audaz con el mundo de los sueños. Es este final el que posiblemente conceda a esta película la reputación casi de clásico de la ciencia-ficción o el fantástico en nuestro país. A mi sin embargo me parece una buena idea a la que le sobra una hora de metraje, la dedicada a presentar a unos personajes que se me hacen insufribles.