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Voto de Alvaro Zamora Cubillo:
5
Drama Juegos Olímpicos de Múnich de 1972. En la madrugada del 5 de septiembre, once atletas olímpicos israelíes son secuestrados por un comando terrorista palestino denominado 'Septiembre Negro'. Amenazan con matarlos a todos si no se produce la liberación de presos palestinos por parte de Israel. Durante 21 horas el mundo entero estuvo pendiente del trágico suceso. (FILMAFFINITY)
17 de marzo de 2017
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Terminando de ver “21 Hours at Munich” (1976) de William A. Graham con William Holden, Shirley Knight, Franco Nero, Richard Basehart, Anthony Quayle, Noel Willman, Georg Marischka, entre otros. Película histórica y dramática, hecha para TV, que relata los acontecimientos ocurridos durante la toma de rehenes en el campus de La Ciudad de Múnich, Alemania; durante Los Juegos Olímpicos de 1972, por un comando terrorista palestino denominado “Septiembre Negro”, secuestrando a 11 atletas israelitas; pidiendo la liberación de 234 prisioneros alojados en cárceles israelíes; todo ello en un periodo de 21 horas, en que el mundo entero estuvo pendiente del trágico suceso. Basada en hechos reales, vemos mucha tensión, y mucho discurso por ambas partes del conflicto: Los terroristas y el mando de rescate; así como poca sorpresa debido a que los hechos son conocidos; sin embargo, la característica principal de la propuesta, es que fue producida a tan solo 4 años de los eventos históricos, usando los mismos lugares donde ocurrieron los hechos; entre ellos, La Villa Olímpica, y la base aérea de Fürstenfeldbruck, como material de archivo del momento, lo que le da una cuota de realismo bastante conseguido, así como la ambientación y el vestuario. No así, la narración, basada en el libro “The Blood of Israel” de Serge Groussard, que va del surrealismo puro a situaciones poco creíbles, como las balas, pues tras recibir más de 4 balazos por la espalda, es imposible moverse, o levantarse, vamos, estás muerto… o que un balazo a la altura del hombro izquierdo, no tenga ningún efecto visible en el sujeto; o Anneliese Graes (Shirley Knight), se muestre casi como recepcionista de un lobby, poco conciliadora, más mostrando la consecuencia del Síndrome de Estocolmo; como algunos diálogos risibles, fuera de lugar, en un “estira y encoge” en cuanto a decisiones se refiere, que resulta poco creíble que el secuestrador en jefe ceda tanto a muchas de las propuestas que no están en su plan inicial. No obstante la película se propone como un homenaje a los caídos, los atletas asesinados, masacrados vilmente por el odio y la sinrazón; pero también la película no deja granada sin explotar, y deja mal parado al gobierno egipcio por no querer recibir el avión con los rehenes y terroristas; y al mismo el gobierno federal alemán, por la forma poco profesional en que llevó a cabo el asalto, con final trágico. También deja mal parado al Comité Olímpico Internacional, que sorprendentemente, solo suspendió por 1 día, la competición olímpica, el 5 de septiembre de 1972, a pesar de que diferentes personalidades pidieron su cancelación. Dejado claro los intereses de la comunidad internacional; por lo que las autoridades alemanas hicieron oídos sordos, inclusive a muchas advertencias previas, ante aquella tragedia, y continuaron Los Juegos Olímpicos. De los actores, evidentemente sobresalen William Holden como el jefe de policía, Manfred Schreiber; y Franco Nero como Luttif Afif, alias Issa, en los personajes principales, abordando bien sus papeles; Anthony Quayle casi de cameo, al igual que algún otro actor televisivo del momento, que no llega a los diálogos, como Jan Niklas, Paul L. Smith, y David Hess. Pero es en el grupo de rehenes, donde la película adolece de realidad, pues en ningún momento se les ve psicológicamente impactados ante la situación tan terrorífica, de vida o muerte en la que se encuentran. NO olvidar que al memorial por los muertos que se celebró en El Estadio Olímpico, asistieron 80 mil espectadores y 3.000 atletas; donde se hizo ninguna referencia a los deportistas asesinados durante el discurso, y en vez se elogiaba la fuerza del movimiento olímpico. Este hecho enojó a los israelíes, y a mucha de la gente allí presente. Por su parte, los atacantes, que contaron con asistencia logística de grupos alemanes neonazis, asesinaron en el asedio a 11 atletas y entrenadores israelíes, y a 1 oficial de la policía de Alemania Occidental; 5 de los 8 miembros de “Septiembre Negro”, resultaron muertos por la policía durante el fallido intento de rescate de los rehenes. Los 3 secuestradores que sobrevivieron, fueron detenidos, pero liberados tan solo 53 días después, tras el secuestro de un avión de Lufthansa; siendo liberados, los terroristas fueron recibidos en Trípoli como héroes. Por lo que Israel respondió a los asesinatos, organizando las operaciones “Primavera de Juventud” y “Cólera de Dios”, con el objetivo de castigar colectivamente a todos los responsables de la masacre olímpica; por tanto, “21 Hours at Munich” (1976) muy bien puede servir como prólogo al filme “Munich” (2005) de Steven Spielberg; aunque está enfocada principalmente en “La Operación Cólera de Dios”, es una reflexión descarnada sobre “La ley del Talión” Queda la gran pregunta moral: ¿Los Juegos Olímpicos debieron continuar?
RECOMENDADA
NO tendrá nota en Lecturas Cinematográficas.
http://lecturascinematograficas.blogspot.com/
Alvaro Zamora Cubillo
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