Valentine McKee (Kevin Bacón) y Earl Bassett (Fred Ward ) son dos colegas hartos de vivir en su pequeño pueblo Perfección, un rincón abandonado de la mano de Dios en el desierto de Nevada.
Un día sin decírselo a nadie deciden abandonarlo para irse a recorrer mundo, pero se encuentran con la carretera cortada, una serie de extraños montones de tierra y el cadáver de un vecino en lo alto de una torre de alta tensión y no será el único.
Dirigida por Ron Underwood, un director que se prodiga más en televisión que en el cine, esta comedia de terror tiene un reparto más orientado también hacia la televisión.
Estrenada en 1990, me recuerda a películas de los años 50 de terror, tiene ese sabor añejo pero no por eso malo, sino todo lo contrario más bien clásico.
El reparto está encabezado por Kevin Bacon, actor de trayectoria irregular, no obstante para mí un buen actor en todas las películas que he visto de él, le da un aire de total autenticidad a Valentine McKee un joven que vive en un lugar apartado del mundo sin oficio ni beneficio, vive de hacer chapucillas a sus vecinos al igual que Earl Bassett (Fred Ward) otro actor entre el cine y la televisión, actor de carácter, que ha participado como secundario en casi todas sus películas, pero es uno de estos secundarios que cuando aparecen llenan la película.
Michael Edward Gross, famoso por su interpretación en la serie “Enredos de familia” (1982-1989), como el vecino loco por la armas y la seguridad que tiene un arsenal en casa, además de un bunker. Su personaje era típico de esa época.
En fin, unos de los mayores aciertos de la película es está serie de variopintos personajes, característicos de los pueblos rurales americanos (o por lo menos son parecidos a los que salen en otras películas americanas,) que se tienen que enfrentarse a algo desconocido que está aniquilando a todos los vecinos.
Años después se rodaron otra serie de secuelas con alguno de los personajes de esta película, pero yo no he visto ninguna.
Los efectos especiales son algo cutres, y se nota mucho más ahora, pero esa atmosfera que se crea que en el pueblecito entre el miedo, el desconcierto, la incredulidad, el desconocimiento de lo que está pasando o de lo que va a pasar, es tan autentico, que lo vives y te sientes uno más del grupo.
Yo la había visto hace muchos años y repetí con gusto. Se nota el aire ochentero, principio de los noventa en todo, los peinados, el vestuario yo que viví esa época es como un regreso al pasado. Además los diálogos la trama no resultan desfasados o por lo menos a mi no me lo parece, así era la vida por aquel entonces y sobre todo en un pueblecito perdido en el desierto. Para mí un clásico. Eso si en la ficha de la película viene como de terror, hombre es más de susto y de sorpresa que de miedo.