Por un lado obra maestra del genero westerns y por el otro, una de las mejores películas de la historia,
En la más pura esencia del spaghetti –western, aquí hay venganza y traición a raudales, malos odiosos y buenos que a veces aun son peores y el dinero y la codicia son el motor que mueve este oeste. Aunque en este caso la película también tendrá algunos elementos del cine clásico del oeste,
Es una película con una banda sonora magistral, atemporal y soberbia. Con un Ennio Morricone en estado de gracia que ayuda a que esta película aunque rodada en finales de los sesenta no envejezca. Y además la música juega un papel muy importante en la película, algunas escenas como el viaje de Jill desde la estación hasta “Sweet Water” (a los aficionados al Western clásico les va a resultar muy familiar este recorrido), con solo la música de fondo, es de una belleza y un lirismo exquisito.
Los personajes bestiales y brutales en toda la extensión de la palabra:
Henry Ford, soberbiamente odioso, literalmente, no tiene ni un resquicio de bondad por ninguna parte, es todo maldad y aún así su personaje no resulta exagerado.
Otro tanto, se puede decir de Jason Roberts y Charles Bronson magnificas interpretaciones, este último con un personaje enigmático y que al final te dejara sin palabras.
Esta película también tiene una chica, en este caso, Claudia Cardinale, también en una interpretación muy buena dando vida a un personaje con una vida muy difícil.
Y si hablamos de personajes secundarios también aparecen Jack Elam y Woody Strode. Como en cualquier Western clásico.
Es una historia muy bien estructurada, no deja nada al azar, con giros de guión muy acertados, excelentes diálogos, excelentes silencios y un final épico. Narrado todo con unos primeros planos de los personajes que lo dicen todo con su mirada o expresión.
Para algunas personas el género spaghetti western es sinónimo de baja calidad técnica, en este caso para nada, producido por la Paramount, si no tiraron la casa por la ventana les falto poco, porque la ambientación es muy buena, tanto en el vestuario, como en los edificios, el mobiliario, la gran cantidad de extras, la historia, los guionistas, entre ellos los cineastas Darío Argento y Bernardo Bertolucci, vamos de lujo.
Y además no solo se rodo en Almería, como todo spaghetti western que se precie, sino también en Monument Valley (Utah), como todos los westerns clásicos.