Debo reconocer que no he visto ninguna de las versiones anteriores, y por ello no puedo compararlas, pero sin embargo debo admitir que esta película no me ha decepcionado en absoluto. Un guión, que sin ser sobresaliente, sí funciona y nos brinda auténticos momentos sensuales como el beso que ya se ha citado, otros bien románticos muchas dosis de drama, cinismo y mala leche.

Las actuaciones están a buen nivel, con Sarah Michelle Gellar demostrando que se carrera está más allá de Buffy, un Ryan Philippe que parece muy a gusto en su papel, la recién oscarizada Reese Witherspoon en el personaje menos sobresaliente (aunque no por ello deja de hacer un buen papel) y una encantadora Selma Blair interpretando a una carismática y entrañable chica.