Sí, dije bien: pedagogía social de la que escasea, represión aparte. Pedagogía de la buena, desde una historia de adolescentes divertidísima y sencillamente genial, precisamente por el segundo adverbio, ya que la historia es contada con absoluta naturalidad. Una historia diferente, en la que el ingenio y la sabiduría reinan en cada palabra y en cada toma. Historia feminista de esas que tanta falta nos hacen para combatir la telebasura alienante. entre otras cosas, por el maltrato permanente hacia las mujeres y nuestro lenguaje distinto. Fabulosa la interpretación de Ellen Page. Espléndidos todos los actores. Fascinante la comunicación emocional que subyace en el argumento, entre la hija protagonista y su madrastra y su padre, razón básica del desarrollo de la inteligencia positiva-avanzada que de esta adolescente "vikinga" (para los retrógrados tiempos que nos mueven) se nos muestra.
Yo calificaría esta película com "de visión obligada en las escuelas españolas", por ejemplo. Así como para todas las que, agobiadas por las cifras espeluznantes de mujeres mutiladas por la violencia de género, creemos sinceramente en que sí, otro mundo sí que es posible... La historia narrada en esta película brillante lo demuestra.