Preciosa película que nos habla del amor y sus consecuencias, con una estética y una forma de narrar distinta, recurriendo a técnicas que en algunos momentos son novedosas y en otras, sin inventar nada están muy bien situadas en la historia. Con un punto de melancolía y desazón el protagonista va pasando de un estado a otro de ánimo al ritmo que va marcando su corazón. Ello nos demuestra una vez más como el amor puede influir de manera decisiva, positiva o negativamente en el tiempo de nuestra vida. Algunas escenas rebosan un bello romanticismo sin caer en la cursilería, algo que aunque parece fácil no es tan sencillo.
Quizás el guión se queda un poco cojo, pero en este caso es más importante el como se cuenta que lo que se cuenta. Pero Sean Ellís nos lo cuenta muy bien, nos hace pasar noventa minutos muy agradables y dentro de ellos algunos momentos deliciosos. Es esta cinta intimista que alterna con mucho sentido dosis de humor con otras de cine de notable calidad.