Tan previsible como efectiva.
Hay señores que tienen un afán de protagonismo y cierta omnipotencia desenfrenados aunque sería complejo contradecir que desempeñan sus varias funciones con acierto.
El señor Ricky Gervais ya se ha proclamado uno de los mejores cómicos a nivel mundial y con marca propia. Su humor satírico y nada condescendiente le ha llevado a la categoría de los grandes y lo ha conseguido arriesgando el tipo en sus series, encima de los escenarios y presentando uno de los premios del cine y la televisión (el arte más consumido) fuera de su país.
Consigue como pocos rodearse de los compañeros que más le van a beneficiar y los personajes construidos por ellos, aunque podrían hacerle sombra a nivel actoral, le llevan de la mano como subidos en una ola.
No sé si algún día podrá superar a The Office pero es un regalo que lo siga intentando.