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España España · valencia
Voto de el feroz:
9
Thriller. Drama Arthur Fleck (Phoenix) vive en Gotham con su madre, y su única motivación en la vida es hacer reír a la gente. Actúa haciendo de payaso en pequeños trabajos, pero tiene problemas mentales que hacen que la gente le vea como un bicho raro. Su gran sueño es actuar como cómico delante del público, pero una serie de trágicos acontecimientos le hará ir incrementando su ira contra una sociedad que le ignora. (FILMAFFINITY)
4 de febrero de 2021
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
En el mundo, tan habitual en el cine, de las adaptaciones, sea del cómic, la literatura, o las series televisivas, sucede como con todo en la vida: A veces se da el "campanazo" (de cabeza), y otras veces "la campanada"

Después de dejar muy atrás (en la noche de los tiempos) el "morrazo" que supuso ese telefílmico pergueño versionador de unos tótenes televisivos como fué "Satrsky y Hutch", Philips, que ya se había redimido con otros trabajos nada desdeñables, vuelve a la carga para poner la pica de su talento en el Flandes del cine contemporáneo, y con extraordinaria solvencia, por cierto.

Rompiendo, con una respetuosa brutalidad (si es que cabe lo que casi es un oxímoron mal empleado) con la estética que se supone adscrita al género, Philips, construye una inteligentísima metáfora sobre el mal motivado y el bien socialmente aceptado, en donde con metódica frialdad, hace que prácticamente venza el primero, prescindiendo de ...o más bien vomitando en todos los convencionalismos del cine de superhéroes.

Haciendo uso de una sensacional cámara, que en primeros y medios planos es capaz por si misma, de diseccionar la sicología del personaje, como quien maneja un escalpelo de cirujano, y con la complicidad de
un Phoenix desmesurado, convirtiendo a éste en una auténtica "bestia de escenario", en secuencias de dolor que traspasan la carne para insertarse en lo más obscuro de las emociones humanas (escena del metro, donde nunca los primeros planos de un actor estuvieron más justificados) la película va en absoluto "crescendo", tanto en interés como en la excelencia del lenguaje cinematográfico empleado.

Philips, con astuta intuición, (o incluso visión empresarial) huye delos FX (digitales o no) y demás aspectos formales, para centrar al espectador en lo que interesa, evitando distraerle con otras banalidades, convirtiendo de paso, la historia en una gigantesca elipsis en la que prácticamente se prescinde también de introducciones a aquélla. (niñez, juventud, razones) para contarla en tiempo casi real.

Contribuye en no poca medida, una gran partitura de Hildur Gudnadottir, gran virtuosa del violonchelo, extraordinariamente coherente con lo que cuenta, y que entra en "catarsis" directa, en alguna de las mejores escenas del film. (baile final en la calle)

Una de las mejores películas del año por derecho.
el feroz
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