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España España · valencia
Voto de el feroz:
9
Musical. Romance. Comedia Versión cinematográfica del mito de Pigmalión, inspirada en la obra teatral homónima del escritor irlandés G.B. Shaw (1856-1950). En una lluviosa noche de 1912, el excéntrico y snob lingüista Henry Higgins conoce a Eliza Doolittle, una harapienta y ordinaria vendedora de violetas. El vulgar lenguaje de la florista despierta tanto su interés que hace una arriesgada apuesta con su amigo el coronel Pickering: se compromete a enseñarle a ... [+]
16 de diciembre de 2021
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
A estas alturas, resulta casi reiterativo decir que Cukor era probablemente el mejor director de mujeres de la historia del cine, un director capaz de establecer una extraña, y maravillosa complicidad con sus las actrices, (capacidad que en cambio no solía desplegar en igual medida con los hombres), sobre todo cuando se lo ponían "a huevo" como vulgarmente suele decirse. Y pocas veces pudo darse en el cine esta circunstancia con tanta evidencia como aquí.
La Hepburn era en efecto poseedora de todas las cualidades, deliciosamente evidentes, que inspiraban a un director de semejante bagaje, y aúnque dichas cualidades hablaban por si solas, Cukor, con toda seguridad, supo advertir el diamante ya tallado ( que no en bruto) que tenía a su disposición para exprimir al máximo su brillo.( Audrey siempre deliciosa a lo largo del metraje, pero, en mi opinión, nunca tanto como en la interpretación gesticular de "Just you Wait", donde pocas veces se vio desplegada en el cine tanta picardía y sublime complicidad con el espectador)

Mi Fair Lady de este modo, era una apuesta segura, contando a Audrey como protagonista. Una actriz, además lo bastante camaleónica ( excelente actriz) para componer al personaje de Eliza, desde la pose de la florista malhablada hasta la de la supuesta princesa húngara impostora, pero convincente. (Es una pena, que pese a los empeños de la actriz, Cukor decidiera doblar su voz con la de la legendaria Marnie Nixon, que ya había prestado su voz a Débora kerr en el Rey y yo, y que aunque adecuada al personaje, nos impidió conocer la voz auténtica de la legendaria actriz, al parecer, bastante entonada, pese a las quejas de la misma por lo que consideró casi una suplantación)

Pese a todo Mi Fair Lady es un maravilloso musical con todos los ingredientes teatrales del Broadway del siglo de oro americano, y en especial por la interpretación de la protagonista, que a su vez motivó los enfados (lógicos) de la también sublime Julie Andrews, que había interpretado el papel en el teatro, y por sus cualidades canoras, parecía más adecuada al papel. Hollywood la compensó con la bonita "Mary Poppins" y en una manifestación de posible justicia poética, con ello arrebató limpiamente el "Oscar" a la Hepburn en las ediciones de aquel año.

La partitura de maravillosa factura de Loewe y las letras de Jenner hicieron el resto, si bien no hay que olvidar los arreglos y la direción orquestal de André Previn, que en definitiva, es el artífice de la versión inmortal que ha llegado a nuestros días.

Creo que resulta obligatorio destacar, tanto la composición "Tópico Gentleman" de Harrison, la de un extraordinario Wilfrid Hyde-White, ( que desde mi punto de vista casi se come al propio Harrison si este se descuida), y la de Gladys Cooper, de madre cínica-encantadora, a la que no muchos recordarán como la siniestra monja acosadora de Jennifer Jones en "La canción de Bernadette, y que actúan a modo de estupenda comparsa, de una Audrey de absolutas esencias quasi feericas, que emanan tanto si es florista como princesa de cuento.

Una autentica joya musical, y uno de los mejores logros de uno de los mejores tandems del cine: Cukor-Herpburn. y que no dudo hubiera hecho las delicias incluso de un carácter tan absolutamente bronco como el de Bernard Shaw. Sublime.
el feroz
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