Me considero un verdadero admirador de Stanley Kubrick, para mí, un aunténtico genio del séptimo arte. He visto la mayoría de sus películas, y es más, sigo viéndolas (por repetido), no podría decir las veces que he disfrutado con La Naranja Mecánica o La chaqueta Metálica.Pero estoy totalmente en contra de glorificar una película por el simple hecho de que otras obras del mismo director hayan sido maravillosas.

Sí, es cierto, esta película posee una fotografía impresionante, la banda sonora nos hace vibrar,y el siglo XVIII queda retratado a la perfección.¡¡NO ES SUFICIENTE!!

Stanley Kubrick se caracteriza no sólo por su excelente minuciosidad, fotografía,etc.. se caracteriza ante todo por el mensaje, la idea, la capacidad de conseguir que le des vueltas y vueltas a la película durante las semanas posteriores y por supuesto, tengas ganas de volverla a ver por si se te ha pasado algo, el mínimo detalle, o simplemente por admirar de nuevo su obra de arte.

Barry Lyndon, señores, no ha conseguido nada de eso en mí. Por primera vez me he aburrido en una película de este director, y no voy a idolatrarla porque lleve la firma de Stanley Kubrick.