Recién terminada la segunda temporada, y después de unos últimos capítulos magistrales, no puedo contener más las ganas de escribir sobre esta serie, probablemente la mejor de los últimos años. Quizás no sea tan ingeniosa o adictiva como otras, pero desprende un aura única en prácticamente todos sus aspectos, un aura que le falta a las demás.

Al principio, se nos presenta a Hank Moody como un escritor con éxito tanto en su trabajo como con las mujeres, como un personaje mujeriego y egoísta totalmente falto de empatía tanto con el mundo como consigo mismo. Y alrededor de él, una serie de personajes con los que interactúa de diversas formas. Es una vida de desenfreno que nos enseñan de forma bastante explícita, no faltando en ningún momento sexo y drogas. Todo esto contado en clave de humor negro.

Hasta aquí todo parece bastante normal, pero no la habría considerado una de las mejores series del momento si la cosa se hubiese quedado ahí. Y es que poco a poco el gran Hank va evolucionando hasta hacer desaparecer ese velo de desenfreno y locura sexual que nos presentaron en un principio, tras el que aparece una persona totalmente distinta, con unos ideales y principios fortísimos, una persona enamorada dispuesta a arriesgarlo todo, alguien sincero. Hank se convierte en un personaje con un gran fondo, que nos permite sentir con él la soledad en la que se ve obligado a vivir, su forzoso aislamiento ante el que se cubre con una vida que en todo momento parece destinada a la autodestrucción. Es un personaje que enamora poco a poco.

Pero Californication no es sólo Hank, sino que lo acompañan una serie de personajes que crecen junto a él. Californication es como la vida misma, cada uno va a lo suyo, cada uno evoluciona a su manera y se relaciona con los demás personajes a su manera también, desde Karen, su amor frustrado, pasando por hija, su representante, la mujer de su representante, y un sinfín más de personajes que viven sus propias vidas y tienen sus propios problemas, no todo gira en torno a Hank. Debo hacer una mención especial para el personaje de Lew Ashby, y es que me ha hipnotizado prácticamente desde su primera aparición.

Como resumen final, decir que al que empiece a verla no se deje engañar por los primeros capítulos ya que si continúa con ella va a llevarse una agradable sorpresa. Yo personalmente he tardado dos temporadas en darme cuenta de su grandeza, pero una vez la ves es difícil olvidarte de ella. Californication no es una serie al uso, como las que estamos acostumbrados a ver y que considero básicamente de dos tipos (1. Serie con capítulos aislados enlazados por una trama secundaria o 2. Serie con trama compleja en la que parece que lo único que se pretende es terminar cada uno de los capítulos de la forma más emocionante posible), no, es mucho más, y lo es porque no es una serie presuntuosa ni con aires de grandeza, sino que es grande por sí misma, Californication es Californication y punto, como la vida misma.