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España España · Complutum
Voto de Pableras:
9
Drama. Comedia A Woody Grant, un anciano con síntomas de demencia, le comunican por correo que ha ganado un premio. Cree que se ha hecho rico y obliga a su receloso hijo David a emprender un viaje para ir a cobrarlo. Poco a poco, la relación entre ambos, rota durante años por el alcoholismo de Woody, tomará un cariz distinto para sorpresa de la madre y del triunfador hermano de David. (FILMAFFINITY)
13 de febrero de 2014
9 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desde que debutara en 1996 con la muy poco conocida 'Ruth, una chica sorprendente' (Citizen Ruth), Alexander Payne se ha ido definiendo como una de las más sólidas figuras del cine independiente norteamericano de los últimos 20 años. 'Election' (1999) y 'A propósito de Schmidt' (About Schmidt, 2002) le consolidaron y situaron en el punto de mira de la crítica cinematográfica, aunque su popularidad de cara al público surgió a raíz de 'Entre copas' (Sideways, 2004) y 'Los descendientes' (The Descendants, 2011), ambas con un Oscar al mejor guión adaptado bajo el brazo.

Es Payne un autor más apreciado (o mejor dicho valorado) por la crítica que por el público, pero su última película, 'Nebraska', pese a ser personalísima y nada comercial, se siente más accesible que cualquiera de sus anteriores largometrajes. Esto no la hace mejor ni peor, pero los dos polos de opinión fundamentales estarán más cerca de lo habitual en lo que a su filmografía se refiere. El motivo de tal acercamiento es el aunamiento, más palpable que nunca, de su sensiblidad indie e irrenunciablemente íntima con una sensibilidad más de andar por casa, que en ningún caso ha de verse como una claudicación (el guión por primera vez no es suyo) sino como otro reto en su corta pero estimulante carrera.

El film narra la pequeña odisea de Woody Grant (Bruce Dern), un anciano que vive instalado en su limbo particular y que está obsesionado con viajar muy lejos para recoger un premio de un millón de dólares que, pese a ser claramente una estafa, él está seguro de haber ganado. Uno de sus hijos, David (Will Forte), le llevará en coche a Nebraska con la intención de apaciguar su deseo, y allí se reencontrarán con familiares, viejos amigos y conocidos, y con su propio pasado (y presente).

La película está rodada en un precioso blanco y negro, una decisión estilística nada arbitraria, pues podría decirse que contemplamos 'Nebraska' tal como observa el mundo Woody Grant, el anciano protagonista. Para él las cosas son aparentemente sencillas. O blancas o negras. Ha perdido los grises de su vida, ha perdido el color. Aunque nunca se mencione explícitamente, la sombra del alzheimer planea sobre él de manera inexorable. Es sólo una arista más de la historia, pues en ningún momento la cinta se plantea como un tratado sobre dicha enfermedad.

Adoptando el formato de road movie con aliento poético (como ya hiciera con estupendos resultados en 'A propósito de Schmidt'), Payne ofrece un relato sencillo y llano, sin trampas, profundamente tragicómico y, sin ser sentimental, muy emotivo. Parece un compendio de todo aquello que ha hecho de Payne el gran autor en que se ha convertido. Su historia de (re)descubrimiento ahonda casi sin pretenderlo en la naturaleza humana, tan mezquina, contradictoria, encantadora, hiriente y dulce como suele ser la propia vida. Su vaivén de personajes, situaciones y diálogos provoca en el espectador una sucesión de sentimientos que van inundándole sutilmente, siendo arrastrado en la melancólica pero definitivamente alegre espiral vital y emocional de sus personajes.

Su bonita banda sonora supone un perfecto acompañamiento a la historia, pero nunca es usada para subrayar ideas o emociones de manera descarada, lo cual es de agradecer. El ritmo narrativo, aunque pausado, no decae en ningún momento, y el guionista, un prometedor debutante llamado Bob Nelson, ofrece continuos alivios cómicos que sirven de contrapunto perfecto a una historia bastante dramática de por sí, dirigida con aplomo y elegancia por Payne, quien regresa a sus orígenes con esta cinta (él nació en Nebraska) para hablarnos precisamente de eso mismo, de los orígenes, y también de la memoria y el paso del tiempo.

Mucho se ha hablado de la interpretación de Bruce Dern (premiado en Cannes), y razones sobran. 'Nebraska' le resucita como actor y él responde, quizá, con la interpretación de su vida. Sosegada, sutil, inteligente. Su mirada perdida es conmovedora y de una aplastante sinceridad. Pero quizá se es un poco injusto con el resto del reparto, porque si esta película se vuelve grande es entre otras cosas gracias a la impagable presencia de una muy interesante variedad de personajes que le acompañan y/o secundan de forma maravillosa, ayudando cada uno de ellos a ir descubriéndonos al personaje de Woody. Destacan Will Forte, su abnegado hijo, y June Squibb, su cansada esposa, quien supone quizá la más jugosa sorpresa en este apartado, pues se come la pantalla con un personaje poderoso y singular. Todos ellos ofrecen contención en sus interpretaciones, muy en la línea de lo que observamos en el cine de Payne, pero como otras veces emocionan y contagian su espíritu al espectador con contundencia.

Una de las mejores películas de Alexander Payne, titán del cine indie made in USA quizá sólo superado por Wes Anderson y los Coen. Es una recomendación segura y, dado que Payne no es un autor muy pródigo (siete años pasaron entre su exitosa 'Entre copas' y 'Los descendientes'), huelga decir que merece la pena aprovechar la oportunidad de ir al cine a disfrutar con su particular visión del estado de las cosas. Las que sean.

http://www.asgeeks.es/movies/critica-de-nebraska-donde-habite-el-recuerdo/
Pableras
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