No está mal y dura lo justo para que no se haga redundante, pero la idea no es nueva y tampoco creíble. Me recuerda a las películas donde se critica a Liam Neeson como un padre de familia que oculta una doble vida y cuando las circunstancias lo obligan, tiene que exponerse.
Yo creo que más que Odendirk destacan otros intérpretes por razones bien distintas: Connie Nielsen, irreconocible en comparación con sus papeles a finales de los 90 o la década del 2000; el malvado ruso, que sólo con la escena de la copa en el club demuestra de lo que es capaz como villano; o Christopher Lloyd como el padre del protagonista es todo un puntazo...
En fin, para pasar el rato y entretenerte sin pensar en la coherencia del guión.
Mi nota: 6,5