"Tully" está sustentada en su primera mitad por la - de nuevo - fantástica interpretación de Charlize Theron como madre abnegada, que hace lo que buenamente puede con un guión en el que parece que el hijo "peculiar" va a tener un mayor protagonismo en la historia. Y, sin embargo, a partir de la aparición de Mackenzie Davis, se convierte en una película anodina, monótona y sobre todo bastante increíble por las preguntas tan personales que ésta va haciendo sin que Marlo se moleste.
A partir de aquí, al no aportarme nada, ni la terminé.
Mi nota: 4,5