Tratemos de ser objetivos teniendo en cuenta el argumento. Ni es tan patriótica como otras americanadas, ni tampoco cae en la ñoñería sensiblera de varias de aquéllas. Además, pueden detectarse segundas intenciones con mensajes críticos sobre la política gubernamental de los EEUU, lo que conlleva ser el hombre más poderoso del mundo o la amenaza siempre latente de una nueva Guerra Fría.
Incluso Harrison Ford puede gustar como Presidente ficticio y hasta cierto punto se pueden considerar creíbles - dentro de la difícil coherencia del guión debido a un fallo garrafal que explico en spoiler 1 - las acciones que realiza para tratar de salvar a la gente de su avión privado basándonos en lo que se nos describe de él como ex combatiente en Vietnam. Otra cosa es que nos traguemos que es John Rambo o McClane por su eficacia con un arma.
Y luego está lo mejor, el reparto: Gary Oldman se sale como jefe de los terroristas rusos, pero atención al papel de Glenn Close como Vicepresidenta y a William H. Macy y Dean Stockwell. Hasta Jürgen Prochnow, en sus breves apariciones, pasa por general rebelde.
Mención aparte la banda sonora de Jerry Goldsmith, basada en ritmos militares y épicos, aunque me pareció detectar cierto homenaje a Harrison Ford con unos fragmentos al estilo de Indiana Jones.
En definitiva, pese a su trama totalmente inverosímil, estamos ante una película de acción entretenida pero a la que - como titulo mi crítica - le pierde su afán de espectacularidad (ver spoiler 2).
Mi nota: 6,7