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España España · Santander
Voto de Lestat72:
2
Thriller Un guardia de seguridad de la morgue huye y es atropellado. En el depósito de cadáveres, la policía descubre que la puerta de una de las neveras está abierta y el cadáver de una mujer ha desaparecido. El inspector de policía encargado de la investigación cuenta con la colaboración del marido de la difunta, aunque no descarta la posibilidad de que esté relacionado con el asunto... Debut en la dirección del guionista Oriol Paulo (Los ojos de Julia). (FILMAFFINITY) [+]
28 de abril de 2013
12 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Solo han hecho falta 20 minutos para que mi límite de vergüenza ajena se viese sobrepasado, y para pedir cita en GAES para que me revisen el oído. Es como si la película se hubiese rodado en un monasterio cisterciense o en un cementerio y no quisiesen elevar la voz para no perturbar el sueño de los muertos. Los actores susurran sus diálogos con una dicción pésima que te hace desear tener a mano la "trompetilla" de la abuela (sobre todo en los mano a mano interpretativos, por llamarlos de alguna manera, de esos "monstruos de la interpretación" llamados Hugo Silva y Aura Garrido). También es cierto que para lo que hay que oír.
El cadáver de la mujer de Hugo Silva desaparece del depósito y el comisario descarta que pueda tratarse de trafico de órganos, por que según él, los traficantes no se llevan un solo cuerpo. Vamos, que deben entrar en los depósitos con un carrito de compra del Carrefour y llevarse un pack de ocho o diez cuerpos para luego hacer promociones de 2x1. Tampoco puede tratarse de un robo para culto satánico o de una secta, por que la muerta no tiene pinta de pertenecer a ninguna secta...¿Mande?. ¿Que pinta tiene la gente que forman parte de una secta?.¿Van todos rapados y con túnicas?.Entonces el comisario, con una deducción que ríete tu del Inspector Clouseau, piensa que es alguien que la tenía mucha tirria a la muerta y que hasta después de muerta la quiere dar "por saco". Y fin de la película. No, no es que se acabe aquí, es que en este punto fue donde paré la película anonadado por ver unos diálogos tan absurdos acompañados de unas interpretaciones tan malas. Lo dicho: "20 minutos fue lo que tardó en rellenarse mi marcador de vergüenza ajena". Lo único positivo: Que en esos 20 minutos no tuve que ver el trabajo de Belén Rueda, que supongo que estará también para darle un Goya.
Lestat72
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