Excelente. Muestra el día a día de lo que ocurre en las Favelas de Brasil.
En la película queda reflejado el desplazamiento y el rechazo a la clase más baja de la sociedad brasileña, así como la corrupción de la policía de este país. Además podemos ver en ella miseria, degradación, adicción y el movimiento de bandas que controlan Ciudad de Dios en este caso. A pesar de todo ello vemos como un niño metido de lleno en este mundo de barbarie social, moral y ética consigue su objetivo sin caer en el agujero vicioso en el que caen los demás personajes. Al principio podía entender lo que hacían los niños ante las necesidades y carencias de esta gente y de ellos propiamente. Pero después y a medida que van creciendo, observamos cómo no están obligados a hacer lo que hacen por necesidad, sino en algunos casos por placer y ansia de sangre (Zé pequeño), en otros por adicción (Thiago) o en otros casos, ni siquiera sabe el personaje porque está metido en ese mundo (Bené).
En definitiva me parece una película muy buena que refleja fielmente la miseria de algunas zonas de Brasil, y merecedora de los tres premios que recibió. ¡Hay que verla!