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Voto de Mouguias:
8
8.0
154,513
Aventuras. Drama
En el siglo XIV, los escoceses viven oprimidos por los gravosos tributos y las injustas leyes impuestas por los ingleses. William Wallace es un joven escocés que regresa a su tierra despues de muchos años de ausencia. Siendo un niño, toda su familia fue asesinada por los ingleses, razón por la cual se fue a vivir lejos con un tío suyo.
4 de mayo de 2009
80 de 101 usuarios han encontrado esta crítica útil
Soy un tipo del montón, de los que no soportan "El Diario de Patricia" pero tampoco "Redes" de Eduardo Punset. Soy uno de esos que, entre las películas que le marcaron, es capaz de mencionar "Braveheart".
Han pasado años y a Braveheart se le ven las costuras, pero me sigue conmoviendo casi tanto como la primera vez que la vi. ¿Que no tiene el menor rigor histórico? Decidme una película ambientada antes del S.XVII que lo tenga. Comparádmela con "El Reino de los Cielos", y su herrero francés analfabeto que aprende esgrima en cinco minutos y se marcha a Palestina para darles lecciones de regadío a los árabes medievales. Comparádmela con El Gladiador, herido gravemente en Germania y que escapa en dos días hasta Mérida, atravesando un paisaje lunar. Comparádmela con (glups) el Señor de los Anillos, para qué hablar.
Han pasado años y a Braveheart se le ven las costuras, pero me sigue conmoviendo casi tanto como la primera vez que la vi. ¿Que no tiene el menor rigor histórico? Decidme una película ambientada antes del S.XVII que lo tenga. Comparádmela con "El Reino de los Cielos", y su herrero francés analfabeto que aprende esgrima en cinco minutos y se marcha a Palestina para darles lecciones de regadío a los árabes medievales. Comparádmela con El Gladiador, herido gravemente en Germania y que escapa en dos días hasta Mérida, atravesando un paisaje lunar. Comparádmela con (glups) el Señor de los Anillos, para qué hablar.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Se puede decir lo que se quiera, pero no es una película hollywoodiense ni convencional. Para empezar termina mal, por ejemplo. Los personajes y los escenarios están llenos de barro y mugre (ahora todas las pelis históricas imitan este rasgo, pero creo que fue Braveheart la primera que reflejó, de verdad, la miseria de la Europa medieval). El guión trata de reflejar al mismo tiempo dos conflictos, la división nobles-plebeyos y la guerra entre escoceses e ingleses, lo cual supera el simplismo de la mayoría de las películas históricas.
En la película hay un personaje casi perfecto, Wallace, y un supervillano, Eduardo, pero fuera de éstos dominan los grises. La clave del filme está en Bruce, que se debate entre los dos extremos.
Creo que los ingleses salen muy bien parados. El rey les presenta a Wallace, su peor enemigo, listo para la tortura, y cuando el populacho de Londres advierte la nobleza del escocés, se apiadan de él y piden clemencia al verdugo. No cabe mayor elogio de un pueblo.
Sobre todo, la cinta se aleja muchísimo del estilo de narración más habitual en las pelis americanas. Hay detalles muy originales. La escena del carro, por ejemplo. El niño Wallace recibe los cuerpos de su padre y su hermano, muertos en la batalla. El crío ve llegar los bueyes desde lejos, cargando los cadáveres, y dándose media vuelta sigue con las tareas de la granja, negándose a aceptar la noticia. La cámara sigue al chiquillo (grandísimo actor, por cierto) mientras el carro sigue acercándose a lo lejos.
Es una escena bellísima y terrible.
Gibson ha hecho una película llena de rabia y de fuerza, y no comprendo al que pueda ver la arenga de Stirling sin enardecerse. Hay también un auténtico poema de amor, fluyendo por debajo de la política y las batallas. Murron está presente en todo momento, como la Dulcinea de Wallace. Y hay, además, un canto a la integridad, al valor del que escucha su corazón aunque estén a punto de destriparlo por ello.
Muy buena película. Y aunque yo no sea crítico y mis gustos sean del montón, creo que para ponerla al nivel de un "telefilme de sobremesa" hace falta ser bastante pedante. Para empezar, todavía después de quince años este "telefilme" sigue provocando imitadores. El último, "1613", superproducción rusa.
En la película hay un personaje casi perfecto, Wallace, y un supervillano, Eduardo, pero fuera de éstos dominan los grises. La clave del filme está en Bruce, que se debate entre los dos extremos.
Creo que los ingleses salen muy bien parados. El rey les presenta a Wallace, su peor enemigo, listo para la tortura, y cuando el populacho de Londres advierte la nobleza del escocés, se apiadan de él y piden clemencia al verdugo. No cabe mayor elogio de un pueblo.
Sobre todo, la cinta se aleja muchísimo del estilo de narración más habitual en las pelis americanas. Hay detalles muy originales. La escena del carro, por ejemplo. El niño Wallace recibe los cuerpos de su padre y su hermano, muertos en la batalla. El crío ve llegar los bueyes desde lejos, cargando los cadáveres, y dándose media vuelta sigue con las tareas de la granja, negándose a aceptar la noticia. La cámara sigue al chiquillo (grandísimo actor, por cierto) mientras el carro sigue acercándose a lo lejos.
Es una escena bellísima y terrible.
Gibson ha hecho una película llena de rabia y de fuerza, y no comprendo al que pueda ver la arenga de Stirling sin enardecerse. Hay también un auténtico poema de amor, fluyendo por debajo de la política y las batallas. Murron está presente en todo momento, como la Dulcinea de Wallace. Y hay, además, un canto a la integridad, al valor del que escucha su corazón aunque estén a punto de destriparlo por ello.
Muy buena película. Y aunque yo no sea crítico y mis gustos sean del montón, creo que para ponerla al nivel de un "telefilme de sobremesa" hace falta ser bastante pedante. Para empezar, todavía después de quince años este "telefilme" sigue provocando imitadores. El último, "1613", superproducción rusa.