26 de octubre de 2007
25 de 37 usuarios han encontrado esta crítica útil
Empezaba a preguntarme si existía y donde estaba la de arena de Fritz Lang y creo que acabo de encontrarla, salvedad hecha de su infumable papel en El desprecio de Godard. Esta es de arena, señores, y no le concedo el beneficio de la duda.
Resulta un lástima porque la película prometía. Por un lado teníamos a dos actores de la talla de Dana Andrews y Joan Fontaine, por otro un tema complicado y apasionante como es el de la pena de muerte y si encima es de Fritz Lang es como para frotarse las manos. Y la cosa empieza bien con ese ritual previo a la ejecución y la ejecución misma, escena dura donde las haya y con una música que busca conmover nuestra sensibilidad de seres humanos.
La cosa pinta bien. Pero no. En la medida que empiezan a exponerse las circunstancias del argumento empezamos a jugar a las adivinanzas y a los adivinos y en ese sentido somos mejores que Rappel ó la Bruja Lola pues acertamos de pleno. Premio al caballero y premio a la señora, que dirían en las ferias. Y es que la cosa resulta fácilmente predecible.
Pero el maestro Lang hace un esfuerzo de última hora de salvar la categoría y nos ofrece, como en los juegos de PC actuales un segundo final ciertamente inesperado pero demasiado increíble y con mas fallos que una escopeta de feria (en otra crítica de un compañero de aficiones se cuentan algunas cosillas, aunque a poco que afinen se encuentran algunos mas) y claro, ya son muchas cosas. Tantas que porque Lang es mucho Lang que sino lo estaríamos destronando...
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