Haz click aquí para copiar la URL
España España · sevilla
Voto de Jlamotta:
8
Western En Texas, dos años antes de estallar la Guerra Civil Americana, King Schultz (Christoph Waltz), un cazarrecompensas alemán que sigue la pista a unos asesinos para cobrar por sus cabezas, le promete al esclavo negro Django (Jamie Foxx) dejarlo en libertad si le ayuda a atraparlos. Él acepta, pues luego quiere ir a buscar a su esposa Broomhilda (Kerry Washington), esclava en una plantación del terrateniente Calvin Candie (Leonardo DiCaprio). (FILMAFFINITY) [+]
18 de enero de 2013
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desde que Pulp Fiction (1994) deslumbrara a propios y extraños hace ya casi veinte años (Reservoir Dogs, 1992, fue descubierta entonces por la mayoría), el estreno de una nueva película de Quentin Tarantino se ha convertido en uno de los acontecimientos cinematográficos más esperados de cada temporada. El secreto de su celebridad no es otro que su desatada cinefilia, su excelente gusto musical, su talento para descubrir películas clásicas a toda una generación, sus rebuscados diálogos y su innegable y desinhibido ingenio formal. Muchos echaran en falta la palabra "original" como una de sus virtudes. Me explico. Tarantino me parece un gran dialoguista, un cada vez mejor director con un consumado dominio de la técnica del guión. Sin embargo, para alabar todo eso es necesario entenderlo como el mejor plagiador de la historia del cine. Esto, aunque parezca un insulto, no tiene porque serlo. Él mismo ha reconocido que saquea sin piedad las películas que le fascinaron de pequeño, aquellas que le marcaron. Por tanto, no es descabellado afirmar que, en muchos casos, más que homenajearlas las plagia directamente sin ningún tipo de pudor. Como muestra, solo hace falta volver a ver el final de Inglorious Basterds (2009) y el de la notable The Dirty Dozen (Robert Aldrich, 1967), idéntico en su mayoría. Es por ello Tarantino mejor o peor? No, simplemente es diferenciar entre un simple homenaje y un corta-pega realizado con, eso si, un impecable gusto y estilo. En este caso, el director de CSI Grave Danger (2005), ha dedicado todo su esfuerzo a poner de manifiesto su amor por el western, el spaguetti y el southern con una arriesgada historia sobre la esclavitud y el racismo en América. Esto le ha costado las críticas del pesadísimo y cargante Spike Lee, azote de los blancos, que no estaba de acuerdo con frivolizar sobre la esclavitud de su pueblo. Afortunadamente, si hay alguien a quien las críticas le resbalen ese es el amigo Quentin y, haciendo oídos sordos, ha compuesto una estupenda y dramática comedia negra sobre uno de los hechos más lamentables de la historia de Estados Unidos. Drama más tiempo es igual a comedia y, en el Siglo XXI, dudo mucho que haya que pedirle permiso a Lee para hablar sobre el racismo o cualquier otro tema. El cine no debe ser jamás didáctico (si hay un formato que se ajusta más a esos términos es el documental) ni perseguir la instrucción del espectador como objetivo principal, sino tratar de entretenerlo, divertirlo, conmoverlo, aterrarlo, sacudirle todo su ser...pero siempre tratándolo de igual a igual. Y eso el didactismo no lo permite. Después de un film horrendo como Death Proof (2007) y otro mediocre como Inglorious Basterds, Tarantino vuelve a lo que mejor sabe hacer, films desprejuiciados y socarrones sin ningún tipo de respeto por las reglas básicas del cine donde la sobreactuación y el exceso campen a sus anchas. Y eso Django Unchained lo consigue desde el minuto uno, con una sensacional escena de apertura-presentación del genial personaje interpretado por el amo absoluto de la función, un colosal Christoph Waltz (King Schultz), hermano gemelo del Klaus Kinski de la magnífica Il Grande silenzio (Sergio Corbucci, 1966). Es aquí cuando la película establece sus propias normas estilísticas, con una sangre más roja de lo normal, exagerados disparos a bocajarro y un negrísimo sentido del humor.

Tarantino no solo no se desprende de la calculada estructura narrativa de Inglorious Basterds sino que la sigue a ciegas, pudiendo establecer evidentes paralelismos rítmicos en el esqueleto de ambas películas. Afortunadamente, Django Unchained es mucho más Kill Bill que Basterds, por lo que salimos ganando en diversión, acción desenfrenada, ligereza y despreocupación por parecer una cinta "seria". Es este un western atípico donde el negro es el héroe, el blanco el malvado y retorcido y la venganza no es el fin sino el medio. Encontramos diferencias y continuaciones en cuanto a la natural evolución en la dirección. Por un lado, Quentin sigue apostando por recursos artificiales como los descompensados y antiestéticos zooms que ya empleara en sus últimos trabajos, así como algunos molestos travellings circulares (esto es fobia personal, detesto los travellings circulares). También apreciamos como los planos largos fijos de Reservoir Dogs, Pulp Fiction y Jackie Brown mantienen una importancia capital de la que se benefician unos actores que ,sin duda, lo agradecerán ante monólogos como los que tienen que hacer frente Waltz o DiCaprio. Ambos son el alma de la película, junto a un divertidísimo Samuel L. Jackson, que demuestra que su vena cómica sigue intacta. El reparto es uno de los puntos a favor de Django Unchained, ya sea por las brillantes interpretaciones, por esperados (pero no por ello menos interesantes) cameos o por su total extravagancia (esos Don Johnson, Bruce Dern y Jonah Hill). Tarantino hace girar todo el peso dramático en tres apuestas seguras (DiCaprio, Jackson y Waltz) y descuida (estoy seguro que a conciencia) un poco el personaje de Django, prefiriendo equipararlo a los misteriosos y silenciosos Clint Eastwood, Lee Van Cleef y, en algunos momentos, incluso a Jean-Louis Trintignant. A pesar de ello, pienso que el personaje hubiera ganado en profundidad y en macarrismo si la elección final hubiera recaído en Idris Elba en lugar de un poco carismático Jamie Foxx (a pesar de que Foxx aporta su propio caballo...). Poco favor le hace el firmante del guión de From Dusk Till Dawn (Robert Rodríguez, 1995) al filmar en un mismo plano medio a Foxx y al gran Franco Nero, el Django original, donde el oscarizado actor palidece ante el porte del italiano.

Sigue en spoiler sin ser spoiler
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Jlamotta
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow