Auténtico despropósito que no hay por donde cogerlo. Un producto tan dócil que ni siquiera lo excusa su condición de mera comparsa de otros muchos títulos -algunos auténticos manjares- de serie B del cine de ficción USA de mediados del siglo XX.

Por supuesto hablamos de una cinta cuyo presupuesto alcanzaba a pagar los sueldos de unos cuantos secundarios de tercera -si se me permite la expresión- y una única localización reproducida en forma de diferentes habitáculos de la nave.

Su director dirigió un año antes "La invasión de los hombres del espacio", otro producto similar pero que contiene ese condimento que hace que su contenido no se agríe, de manera que aunque siga siendo otro despropósito, el paso del tiempo no ha corroido del todo su coraza.

De todas formas, creo que debería ser de obligado visionado, sobre todo para aquellos amantes de una de las grandes obras maestras del cine de ciencia ficción de todos los tiempos y de cuyo argumento, sorprendentemente, pueden obtenerse ciertas similitudes, si no, invito a que lean la sinopsis, vean la película y luego juzguen.