Nada más conocer que 'Lucky' estaba protagonizada por Harry Dean Stanton y que en el rodaje participaba David Lynch y no sólo en el reparto interpretativo, tuve muy claro que esta película tenía que verla. Yo les admiro a los dos y llevo años siguiendo sus respectivas y vinculadas carreras profesionales. Al primero, sobre todo desde 'Paris, Texas' [1984], de Wim Wenders y a Lynch desde 'El hombre elefante' [1980].

En el caso de 'Lucky' el interés se acrecentaba teniendo en cuenta que la historia gira en torno a la etapa final de la vida de un protagonista que tiene muchos punto en común con la personalidad y vida real del propio Stanton y que, en la práctica, ha venido a ser su despedida -con guiño incluído a los espectadores-, que tuvo lugar poco tiempo después, como consecuencia de su fallecimiento.

Entre las obras de David Lynch en la que Stanton ha colaborado estrechamente se encuentran Twin Peaks: The Return (Serie de TV: 2017); Inland Empire [2006]; The Short Films of David Lynch [2002]; Una historia verdadera [1999]; Hotel Room (Miniserie de TV: 1993); Twin Peaks: Fuego camina conmigo [1992]; Corazón salvaje [1990]; El vaquero y el francés (C) [1998]. Colaboración que ha supuesto una profunda amistad entre ambos y que la genialidad artística de ambos, cada uno en su especialidad, haya influido recíprocamente.

Centrándonos, pues, en esta película, estamos ante una genialidad empaquetada en la sencilla historia de un huraño personaje nonagenario residente en un pequeño y árido pueblo estadounidense cercano a la frontera mejicana, que cae en la cuenta de que se aproxima el fin de sus días y que incorpora a su rutinaria vida esas connaturales reflexiones que hasta el momento no se había planteado. Es decir, lo que le acaba ocurriendo al más pintado.

La dirección y el montaje de John Carroll Lynch, aun siendo primerizo, es precisa, profunda, contemplativa y gira, con enorme mimo, alrededor de Stanton. El guión de Logan Sparks y Drago Sumonja, amigos personales de Stanton, refleja un enorme talento alrededor de un lenguaje tertuliano entre gente que destaca por la cultura rural que da la escuela de la vida, en torno a la soledad -sentida o vivida- y la nada que supone una vida efímera. La bella fotografía de Tim Suhrstedt es directa, dura y esteparia, exactamente como exige el relato. La banda sonora original de Elvis Kuehn acompaña eficientemente pero hay que destacar la afectiva banda incorporada [ver ut supra].

La interpretación coral es cálida y notable, resaltando David Lynch con su personaje irónico. Pero quien hace un trabajo propio de un genio es Stanton haciendo, sobre todo, de sí mismo. Sentido, empático, trascendente, irónico, vivo. Hay una secuencia el encendido de un cigarro en zona de no fumadores que pasará a la Historia del cine; también su estremecedora sonrisa de circunstancias dirigida a la cámara [no vean el YouTube del enlace hasta después de ver la película], a los espectadores, a modo de punto y final. Inolvidable.

Muy de agradecer también, a ojos de cualquier espectador hispano, los guiños a la cultura latina, al uso del español en EEUU, con las aproximaciones musicales de un Stanton músico -recordando sus tiempos en su "The Harry Dean Stanton Band" o sus colaboraciones con tantos grandes- capaz de cantar en la película, con su ya apagada voz, el 'Volver, volver' de Fernando Z. Maldonado.

Gran cine interpretativo sobre la intrascendencia de la cotidianeidad humana [8 sobre 10]

El quicio de la mancebía [EQM]
https://elquiciodelamancebia.wordpress.com/2018/05/05/lucky-eeuu-2017-de-john-carroll-lynch/