Una bonita película, muy preciosista a decir verdad, con una puesta en escena impecable viendo así el gran trabajo del diseño de producción.

La película es buena, la historia es como siempre en estos casos la de la metáfora del patito feo que tarde o temprano se convierte en un precioso cisne arrastrando al espectador por infinidad de calamidades, pero hipnotizado con los preciosos ojos de Sayuri.

El guión es bueno, decayendo ligeramente en algunos momentos, pero recuperándose en otros. El mito de la geisha se quiere dejar muy claro en lo que realmente consiste, aunque luego finalmente cada uno se lleve su última impresión a casa.
El elenco actoral hace un gran trabajo, pero en especial las mejores son Zhang Ziyi como Sayuri, Gong Li como Mathsumomo y Michelle Yeoh como la protectora de la protagonista.

Rob Marshall, en esta su segunda película sigue dejando patente que posee algo de talento. Sabe sacarle todo el jugo a la dirección artística y quizás abuse un poco de esos planos a través de cortinas y biombos de madera.

La música de John Williams es muy bonita, y ambienta perfectamente la historia usando casi siempre instrumentos japoneses para hacer sentir mas auténtica la película.