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España España · Barccelona
Voto de EL ALBATROS:
8
Drama La acción se desarrolla a finales del siglo XIX en una fábrica textil de Turín. Los obreros reivindican la reducción de la jornada laboral de 14 a 13 horas, para evitar los accidentes que provoca el cansancio. La aparición del extraño y entrañable profesor Sinigaglia (Marcello Mastroianni) hace que la protesta desemboque en huelga. La película, que oscila entre el sainete y la tragedia, presenta una galería de personajes antagónicos: ... [+]
19 de marzo de 2018
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Abanderado de la comedia italiana denominada “cine nacional-popular”, Mario Monicelli cultiva aquí, de forma magistral, una tragicomedia de sibilina ironía, mordaz y tierna a la vez, un cineasta poco valorado actualmente que fue el gran creador de un cine popular y humilde pero sin renunciar a plasmar la condición humana. Se trata de un fresco testimonial y social de un tiempo concreto. “I compagni” realiza una aproximación a los inicios del movimiento obrero en la ciudad de Turín, con el auge de una revolución industrial que se apoya en la explotación del proletariado. Enseguida asistimos al factor desencadenante, la ingenua reclamación de una hora menos de trabajo dentro de una larguísima jornada laboral. Para evitar el agotamiento que solía provocar muchos accidentes laborales, asunto que desembocará en una crómica de la resistencia trabajadora. Naturalmente la organización solo podrá comenzar con la llegada del personaje “concienciador”, un activista de aspecto estrafalario, desaliñado, también conmovedor, el profesor Sinigaglia (Marcelo Mastroianni) quien será el ideólogo en dar forma pragmática a la lucha obrera, más allá de la mera reforma que piden los sobre-explotados.

La huelga cuya amenaza de fracaso reside en el tiempo que transcurre mientras el hambre y la miseria corroe la resistencia ante la injusticia, los desesperados esquiroles que ponen en peligro el equilibrio de la contienda, el desasosiego ante la pasividad de las negociaciones y la inquietante demora que cercena la solidaridad. Son los inicios del socialismo en clave de comicidad, en tono bufonesco, sabido es que la sátira ha sido el mejor arma contra la opresión. Si algún reparo se le puede objetar, a una película tan honesta, éste sería, el tratamiento de algunos personajes convencionales y arquetípicos, como el niño mártir, la prostituta de lujo, o el hombre rudo de “buen corazón”. La cinta no solo trata de la huelga de unos obreros textiles, sino sobre las consecuencias del desarrollo industrial, sobre los papeles históricos de la burguesía y el proletariado, sobre el problema como ocurría en “Rocco y sus hermanos” de la inmigración meridional hacia tierras del norte, la Lombardía en el film de Visconti, la región del Piamonte en el film de Monicelli. Todo ello filmado con viveza, basculando entre la gravedad y la farsa, entre lo trágico y lo grotesco, alimentando en el fondo, la idea básica de una historia de fracaso.

De extraordinaria recreación estética para finales del siglo XIX, goza de una estupenda fotografía de Giuseppe Rotunno de tonos grises que refleja la amargura de una clase social sufridora para ganarse el sustento. La película propone un canto a la esperanza, desde el humor, el esperpento y el drama, la conciencia de clase, la continuidad de la lucha por unos intereses obreros que darían lugar al nacimiento de los sindicatos. Lo que yo me pregunto es por qué existe tanta desafección actualmente (escasa afiliación) a estos organismos que se crearon para defender al obrero frente al poderoso. Quizás porque se han convertido en correas de transmisión de ciertos partidos políticos, olvidando su verdadera naturaleza convirtiéndose en aparatos burocráticos, afortunadamente para ellos, siguen subvencionados por papá Estado al menos en España.
EL ALBATROS
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