Situémonos en las navidades del año pasado. La verdad es que nunca había visto un film de Mr. Allen, pero tras leer ciertos artículos que hablaban sobre esta obra maestra como una de las mejores del cineasta y también algo muy diferente a lo que había hecho antes, me decidí a ir a verla al cine una noche. ¿Qué decir? Salí del cine con un único objetivo: hablar con alguien sobre la película ( y sobre todo recomendarla). Salí del cine sin uñas, encantado, sin creerme aún como me podía haber gustado tanto.
"Match Point" supone la vuelta de su director a su majestuosa labor como narrador de historias dramáticas. Es una película sobre la propia vida, sobre el papel que puede jugar la suerte en ella; y tal y como lo dice Chris (Jonathan Rhys-Meyers) al principio de la película: sobre la esencia de la vida. ¿Y qué es la esencia de la vida? La suerte. Esto se demuestra en la escena del anillo, en la que no sólo se hace una clara referencia al trasfondo y principal tema de la cinta, si no que Allen nos deleita con una vuelta atrás hacia la primera secuencia de la misma de una manera magistral. También cabe mencionar (y con razón) a los protagonistas principales: unos imponentes Jonathan Rhys-Meyers y Scarlett Johansson. La tensión que desprende y a la que es sometida el personaje de Chris es sorprendente, al igual que la sensualidad que posee Nolah. Otro factor a tener en cuenta, por lo menos para mí, es la utilización de música clásica y ópera en toda la banda sonora, lo cuál le da más vida a esta cruda y original historia.
Pero lo que sin duda está por encima de todo es el gran trabajo de Woody Allen como guionista del film, y sin olvidar tampoco su labor como director, en la que la sencillez es, quizás, lo que hace tan buena a esta película. Dicho libreto literario le valió su última nominación al Oscar de la Academia hasta la fecha en la categoría, obviamente, de Mejor Guión Original.
Esperemos que Woody nos vuelva a sorprender algún día como lo hizo con esta gran película.