Suzume no tojimaru está dirigida por Makoto Shinkai, quien tras regalarnos Your Name o El tiempo contigo, vuelve a la gran pantalla. La pregunta que podemos hacernos tras verla es si supera o no a Your name, y la verdad es que cuesta saberlo. Lo que sí se puede decir es que el mimo y el detallismo de la animación son más que plausibles, al igual que los personajes que aparecen, llenos de color, humanidad y carisma. La historia trata de Suzume, una estudiante de 17 años que vive con su tía y un buen día se encuentra a un joven que camina hacia unas ruinas. Lo que no sabe ella es que su participación en la aventura del chaval provocará desastres naturales que, juntos, tendrán que resolver mediante el cierre de unas puertas mágicas. Eso les llevará a ambos a viajar por medio Japón, a encontrarse con la hospitalidad japonesa, a hacer amistades, vínculos, conocerse mutuamente y algo más. Todo, por supuesto, con sus dosis de humor correspondientes.

La película funciona a la perfección, no puede decirse que haya momentos valle que aletarguen el fluir de la película. Los efectos visuales son magníficos, sobre todo cuando se acerca el final de la película, donde la imaginación de Makoto Shinkai vuelve a navegar por la imaginería japonesa. Hay que destacar el papel de los personajes protagonistas, de los animales que les acompañan y de los secundarios, alguno de ellos auténticos robapantallas que aportan la dosis de humor necesaria para soltar alguna carcajada. Lo más importante dentro de la película, al margen de todos los valores que desprende, es que es sumamente atractiva tanto para el público más joven para los que ya conocen al maestro Makoto Shinkai, por lo que la acogida ha de ser buena.

En definitiva, SUZUME es una de las grandes películas de animación japonesas del año. Los Shonens palomiteros basados en series que ya conocemos se llevarán la taquilla, pero esto es cine de animación tradicional, al más puro estilo Ghibli, etc. Una película que no se olvida fácilmente y que es altamente recomendable. No os la perdáis.