Una radiografía cruda, real, truculenta, alejada de fines morbosos y despreocupada de la belleza, acá no importa que los actores luzcan hermosos, maquillados, etc. Esto no es un videoclip. Esta película expone el infierno del mundo de las drogas duras desde los ojos de una adolescente que podría haber escapado...
La vida de Cristina sería la misma de cualquiera de nosotros si las cartas se hubiesen jugado de otra manera. Ella tiene una vida humilde pero despreocupada y sin embargo se va introduciendo en un callejón sin salida y la cinta mete al espectador de lleno sin tapujos ni jugueteos. La verdadera Cristina existe y hasta donde supe, jamás se rehabilitó.

Hay que hacer mención especial a Natja Brunkhorst. Su rostro se quedó grabado en mi cerebro desde la primera vez que vi este filme. Es impresionante el excelente trabajo que realizó teniendo en cuenta que no era actriz, o eso leí, no vivo en Alemania por lo que no puedo saber con exactitud. Todos en el reparto están magníficos. Hasta David Bowie quien sólo canta en esa secuencia del concierto donde vemos a Cristina viendo fascinada a su ídolo, como cualquiera que va a un show de su artista favorito (y qué artista).
Debido a la dureza del argumento y al naturalismo extremo que se maneja, puede ser una cinta de la que muchos huyan porque no, no es Hollywood, pero sin embargo yo creo que es un producto necesario. No es disfrutable, es decir, uno no se ríe viendo la película ni tiene motivos, por el contrario, es sumamente perturbadora. Yo la vi y no pude quitármela de la cabeza durante días, y hace un par de años le di un segundo visionado y me impactó de igual manera.

Es muy recomendable pero hay que saber a lo que se va, y hay que tener ganas de exponerse a lo que la película te va a echar encima.