Buena música, buena fotografía, buena iluminación, buena ambientación... se podría decir que es una seríe agradable a la vista, pero ¡es una pena! Porque una vez más, Netflix, aprovecha para imponer una determinada visión ideológica sobre la vida y sobre la concepción del ser humano, traicionando el pensamiento original de los clásicos como "Jane Eyre" o "Ana de Las Tejas Verdes", novela original en la que se inspira la serie. Cuidado: no me parece mal que la adaptación de obras clásicas se presenten con un aire nuevo, actualizándose a la época presente. Pero una cosa es eso y otra es minusvalorar los principios sobre los que se crearon esas obras literarias: en la serie, ya no se aprecia con claridad la grandeza del matrimonio o de la vocacion a la maternidad (descrito en algunas ocasiones como "una carga"). Hay concesiones al lobbie LGTBI y a las ideologías imperantes -con los que muchos no están de acuerdo- normalizando algo que no era frecuente en la sociedad que se representa y menos todavía con su mentalidad y cultura cristianas. A eso se le llama "revisionismo histórico" propio de ese "nuevo orden mundial" y de la dictadura del pensamiento único que quiere imponer una determinada visión de la vida. Aunquen la relación con Dios aparece de forma positiva a lo largo de la serie, no se cortan en lanzar numerosas pullitas contra la Iglesia -como no- representada de forma bastante maniquea en la figura del sacerdote vago e inútil dispuesto a fastidiar el paisaje con rigoristas ideas o mostrando a monjas como auténticas brujas que maltratadoras de indios (qué paradoja: si alguien mostró interés por este pueblo nativo fue la Iglesia católica con una gran labor de educación y evangelización en contraste con los horrores protestantes de siglo XV). Si no fuera por todas estas cosas, largamente repetidas y promovidas por Netflix hasta el hastío, sus productos cinematográficos cobrarían muchísima más calidad... es de destacar por ejemplo la adaptación de la película "Mujercitas" que hizo Greta Gerwig en 2019; Con la novedad del toque moderno, pero sin renunciar a los principios originales de la obra de L.M Alcott. Que Netflix tome nota de una vez.