Voy a empezar por hablar de algo que creo que será obvio, pero es que me gusta analizar las películas que veo en profundidad y sin saltarme ninguno de sus aspectos. “Ga'Hoole: La leyenda de los guardianes” es un filme totalmente fascinante en el aspecto visual. Desde luego que solamente por esto ya merece la pena ser visionado. Personalmente, he quedado maravillado de ver las expresiones de las caras de los pájaros, como se mueven sus plumas durante el vuelo o como transmiten sensaciones con los ojos. De verdad, resulta todo un espectáculo ver el grado de perfección técnica tanto en la animación de los animales como en la recreación de esos escenarios repletos de multitud de detalles… pues sí, en el aspecto técnico la cinta es toda una delicia. Sin embargo, en esta aventura animada tan deslumbrante en lo estético hay algo que falla: la historia que se cuenta.

No tengo muy claro el motivo, pero veo que por regla general se sobrevalora muchísimo a este tipo de películas. Por ejemplo, “2012” o “Avatar” también tienen un apartado técnico asombroso y no por ello se libran de despiadadas críticas, y de notas bajísimas, por poseer un guión plano y previsible (a juicio de sus detractores, claro está). En ningún momento voy a negar que esta cinta entretenga (a pesar de sus bajones de ritmo), que las animaciones sean magníficas y que la banda sonora acompañe épicamente a la narración. No obstante, esto no deja de ser algo más visto que el TBO (la eterna lucha entre el bien y el mal) y, además, hay algunas cuestiones en su trama que me parecieron absurdas (¿qué es eso de que los pájaros se “ofuscan” mirando a la Luna? o ¿qué demonios son esas piedras metálicas mágicas?). Podría decir más cosas, pero no me quiero cebar mucho en esta cuestión porque, al fin y al cabo, casi todas las películas tienen elementos absurdos o que a nosotros nos lo parecen.

Sin duda, otro tema muy mal enfocado es la indefinición de la película a la hora de decantarse por un público adulto o infantil. Aquí el director ha querido tirar por la calle de en medio y al final resulta demasiado oscura y siniestra para los niños (yo no le pondría el DVD a ninguno que tuviera menos de 10 años), y demasiado rácana para los adultos en cuanto a violencia y sangre en las escenas de acción (durante toda la película no se ve ni una sola gota de sangre ni tampoco ninguna muerte nítidamente). Evidentemente, esto es así para que los peques de la casa puedan verla sin que les entre miedo o tengan pesadillas por la noche, pero el caso es que cercena, y de qué manera, una historia que hubiese sido mucho más jugosa si la hubieran contado de forma más “salvaje”.

Y poco más voy a añadir. A la película le voy a dar un aprobado por su extraordinario despliegue visual, por no ser la típica película graciosilla de dibujitos animados (de hecho no posee ni una pizca de humor) y, por último, porque me encantan las lechuzas (las de verdad).