Con esta película intento Emmerich hacer un segundo Braveheart, pero esta vez basándose en una historia de la guerra de la independencia americana, pero aunque en principio la historia estaba bien planteada y con un argumento que podía dar juego, algo se le escapo de las manos a Roland, y fue la intensidad de mantener al espectador pegado a la pantalla, que Mel si consiguió. Conforme avanzaba la película, uno iba encontrándose con momentos de aburrimiento, faltos de carisma en los personajes y en el guión, y haciéndose algunos momentos la historia algo lenta.

Aun así, su planteamiento fue muy bueno y la trama en rasgos generales también, donde nos encontramos que no todo es lucha y sangre, sino que nos encontramos sentimientos tanto por su parte como actor, como por los demás actores que participaban, dándole un pelín mas de intensidad a la historia y de sentimentalismo. También cabe destacar el tema de la libertad, visible durante toda la película, donde el pueblo es oprimido por el invasor, mostrando sus miedos e inquietudes, y las ansias de estor de conseguirla a través de la fuerza y la estrategia, y dando esperanza al pueblo americano.

Por ultimo añadir, que si Roland se hubiera centrado más en la historia, en lo bélico y obviando algunos fragmentos algo lentos de la historia, hubiera conseguido una historia más dinámica y de mayor intensidad.