Lo peor que se puede decir de una comedia es que no se toma en serio a sí misma.

Esta es la sensación que he tenido al volver a ver Silverado, a la que acabo de incluir en mi lista de películas sobrevaloradas.

Comienza la película y resulta evidente que alguien (Lawrence Kasdan) que conoce el género del western y que, además, maneja al dedillo el oficio de hacer cine ha aceptado el encargo de rodar una película vistosa, aunque completamente hueca, para buscar el aplauso fácil y hacer caja.

Excelentes paisaje y banda sonora, con unos actores bien escogidos para hacer una película ochentera hasta la médula: diversión a raudales y ninguna vocación de ir más allá; sin la más mínima intención de darle un giro a este género que tan buenos momentos nos ha regalado, y ni hablar de ensayar algo parecido al antiwestern.

Pero tampoco tratando de emular a los clásicos. Estamos en los 80 y hay que disfrutar de la vida. No hay que perder de vista que nos encontramos en el mismo periodo en el que vieron la luz las continuaciones de La guerra de las galaxias e Indiana Jones.

Lo mejor:
-La banda sonora.
-Ver a un Kevin Costner hecho un pipiolo.
-La posibilidad de disfrutarla sin pensar.

Lo peor:
-Los topicazos.
-La vacuidad.
-El triste hecho de que se puede ver sin pensar.