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Estados Unidos Estados Unidos · 544 Camp Street. New Orleans
Voto de Jinete nocturno:
2
Ciencia ficción. Fantástico. Terror Cuando Jonesy, Henry, Pete y Beaver eran unos niños de un pueblo de Maine, reaccionaron de manera heroica para salvar a un extraño muchacho llamado Duddits de la crueldad de otros niños. Duddits pasó entonces a formar parte de su círculo y les transmitió extraños poderes que los unió muy estrechamente. 20 años después, los cuatro han seguido caminos distintos, pero mantienen vivo el recuerdo de su heroísmo, aunque los poderes recibidos, ... [+]
7 de enero de 2011
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
En Stephen King, como en todo novelista, hay que diferenciar la forma y el fondo: qué escribe y cómo lo escribe. Y hay que decir que, como es natural, no toda su obra -qué le vamos a hacer- es igual de redonda: no todo es “El resplandor” o “El cementerio de animales”. En algunas (las menos) le fallan las formas y en otras (cada vez más a menudo, por desgracia) le falla el fondo, la historia.

Y el “Cazador de sueños”, una obra menor de King, pertenece, más bien, al segundo grupo. Y es que su argumento, seamos claros, contado a paloseco, no tiene un pase: una auténtica parida (y nunca mejor dicho) de dimensiones cósmicas en la que casi nada tiene el sentido y que King (y no lo oculta) aprovecha para quedarse a gusto riéndose de sí mismo, del lector, del género de Terror y de la madre que los pario a todos. Lo que salva la novela –que, no siendo ninguna maravilla, es recomendable- es la absoluta maestría narrativa de King, que es capaz de mantenerte pegado esperando a ver qué pasa la página siguiente (aún siendo consciente de la tomadura de pelo) y su dominio del lenguaje, que hace de la lectura una experiencia orgásmica. Vamos, la forma. Pero repito: el argumento en sí es tal gilipollez que, contado por cualquier otro, produciría vergüenza ajena.

Pues, mira por dónde, este es el caso: lo ha intentado contar otro… Y es resultado, efectivamente, produce vergüenza ajena.

Que nadie se equivoque, la adaptación no es “mala” (como adaptación). Al contrario, irónicamente, es enormemente fiel al original: demasiado. Porque aquí, y sin que sirva de precedente, lo que jode a la película no que el guionista se halla pasado por el “forro” el argumento, como de costumbre, sino justo todo lo contrario: su empeño en pegarse milimétricamente a la trama de la novela. Y, claro, como podréis entender, si alguien se empeña en adaptar, sin más, a degüello, un argumento de mierda (de evidente tono satírico y lleno de guiños, no lo olvidemos), lo que se obtiene es una película de mierda: un pestiño infumable. Y es que, por desgracia, lo bueno de la novela (su humor negro, sus diálogos surrealistas, la descripción de la psicología de los personajes…, la “salsa”, en definitiva) no se puede adaptar tan fácilmente... Requeriría de un absoluto genio como Kubrick al que, por desgracia, no se han acercado por aquí ni por casualidad (aún y todo, dudo mucho que ni siquiera él hubiera podido hacer maravillas con material como este). Y así le va a la película: mierda al canto.

Moraleja: no todo, por más que los codiciosos dueños de las productoras se empeñen en estrujar la teta, es adaptable al Cine. Lo que puede quedar entretenido y resultar muy satisfactorio en las páginas de un libro, puede ser ridículo e ininteligible sobre la pantalla (y viceversa). Por lo que a mí respecta, “El cazador se sueños” es un libro y sólo un libro: olvidaré haber visto esto.
Jinete nocturno
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