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Estados Unidos Estados Unidos · 544 Camp Street. New Orleans
Voto de Jinete nocturno:
6
Ciencia ficción. Acción Riddick se ha pasado los últimos cinco años vagando por la galaxia, tratando de huir de los mercenarios que lo buscan. Ahora se encuentra en el planeta Helion, hogar de una sociedad progresista y multicultural que ha sido invadida por Lord Marshal, un déspota que tiene sometidos a los seres humanos gracias a su ejército de guerreros, los Necromongers. (FILMAFFINITY)
16 de agosto de 2011
3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Primero la de arena:
Seamos claros: al bueno de David Twohy se le fue todo de madre. Lo que podía haber sido una estimable secuela de Pitch Black (que era lo que pedía el público), a saber cómo cojones, acabó convirtiéndose en un barroquísimo, deshilachado y vacuo émulo de Dune. Por alguna razón, Twohy decidió tirar por la letrina todo lo bueno conseguido en Pitch Black (una historia sencilla y llena de intriga, Ciencia Ficción realista de evidente regusto “Alien” y un antihéroe carismático con vocación de contrapunto de Ripley) y optó por sacarse de la manga un universo ininteligible con tropecientasmil razas alienígenas y seis millones de planetas. Y, lo que es peor, convirtió a Riddick en “El Elegido” que tiene que liberarlo del primo zombi de Darth Vader a base de hostias... Puff. ¿Crónicas de Riddick? Crónicas de Narmia, más bien.

Así que, sí, resulta decepcionante y fallida: argumento confuso que suena a refrito de Star Wars, Dune y Matrix (y alguna cosa más) y realización pretenciosa. Y todo ello rodado con demasiada frialdad: sin rastro de la magia que requiere la fantasía épica para calar.

Ahora bien, he dicho “decepcionante”, no “catastrófica”. Y es que la película cuenta también con un buen puñado de virtudes que no justifican ni de lejos el vapuleo de la crítica. En primer lugar, destaca sobremanera el diseño de producción: poquitas películas he visto tan visualmente espectaculares y con unos efectos especiales tan solventes. Y, pocas, muy pocas, han sabido usar con tanto tino la infografía: apenas se notan las “entretelas” (esto, aclaro, lo dice un enemigo declarado de la pantalla azul, lo digital y la madre que los parió). Por otro lado, algo es innegable: es una estupenda película de acción; infinitamente superior que decenas de pestiños de género con los que los paniaguados críticos yanquis fueron mucho más caritativos… Alguno de ellos que yo me sé con presupuestos de 250 millones…

Y ahora hablemos de Vin Diesel, que se que os va la caña: Vamos a ver, chicos, es evidente que el tipo no es precisamente Marlon Brando y que su registro es limitado, de acuerdo. Pero quién critique su actuación aquí y me salga con la cantinela de que “es inexpresivo” o “tiene cara de palo” (nadie de por aquí, de momento) es porque es GILIPOLLAS (en mayúsculas, fuente 72). Y es que, por si alguno no lo ha pillado, la naturaleza del personaje es justo esa: es un imprevisible hijo de puta y un autista emocional. Seguro que alguno de estos lumbreras, por la misma regla de tres, critica la “floja” interpretación de Leonor Watling en ‘Hable con ella’… En fin…

En definitiva, una película fallida y demasiado autocomplaciente, llena de clichés. Pero también un magnífico espectáculo visual que garantiza dos horas de entretenimiento y que eleva la Ciencia Ficción a una categoría artística poco corriente últimamente. Digna como mínimo de una oportunidad.
Jinete nocturno
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