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Estados Unidos Estados Unidos · 544 Camp Street. New Orleans
Voto de Jinete nocturno:
4
Terror. Drama Carrie White, una adolescente a la que sus compañeros humillan constantemente, posee poderes psíquicos que se manifiestan cuando se siente dominada por la ira. El día del baile de graduación la situación llega a hacérsele insoportable. (FILMAFFINITY)
29 de septiembre de 2021
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tenía esta peli pendiente: en su momento, ya sospeche que, como resulta casi inevitable en cualquier remake que se precie, sería un espectáculo completamente prescindible que solo serviría para abrirme la úlcera y revindicar la de De Palma. Pero, aprovechando que “Aguas Turbias” le estaba dedicando un monográfico -saludos si les llega-, me dije: “Bueno, vamos a verla. A lo mejor sacas algo de la experiencia”.

Pues oye, qué hora y media tan bien invertida. En constatar la completa decadencia de esto del cine, digo. Y es que, en efecto -oh, sorpresa-, todo aquello que podían hacerse mal está mal. Y que se me entienda: la dirección es correcta, la fotografía aceptable, las actuaciones bastante notables… Sí, sí, sí. Bla, bla, bla. Solo faltaría que se hubiera fallado en eso en un producto de un gran estudio y con un presupuesto veinte veces superior (se dice pronto, amigo) que la versión original. ¿El problema? Pues que, como de costumbre en el Hollywood actual, no han entendido nada. Y nada es nada. Ni la novela de King ni la película de De Palma. Se han limitado a copiar algunas escenas y reinterpretar otras, pero sin entender ni qué las hacía funcionar ni su sentido orgánico.

En efecto, y para empezar, tenemos una peli de terror que no da miedo: pulgar arriba. Ni un segundo de desasosiego, inquietud… Nada ¿Por qué? Oh, sencillo. El terror se basa en el “sembrado”, en el “fuego lento”, en la sugerencia. Y aquí no hay nada de eso, no hay misterio. ¿P’aqué? Si en la De Palma los poderes telequinéticos se insinuaban a cuentagotas, aquí llevamos diez minutos y ya tenemos a la prota moviendo objetos con total facilidad (con mucho movimiento de manos, en plan mago chungo) y levitando. No sabia si estaba viendo un remake de Carrie o la nueva de X-Men . Al menos le reconozco a la directora coherencia en el despropósito. Y es que, si ya la película empieza siendo tan sutil como una cucaracha en la nieve, ya puedes imaginarte hasta qué punto el final desbarra para convertirse en un grotesco festival de efectos digitales casposos (la sangre toda en CGI, por supuesto) y momentos involuntariamente hilarantes: Impagable el momento “Superman”. Qué, oye, a lo mejor la entendido mal, y resulta que Marvel ha comprado los derechos y estaba viendo la historia de origen de Bruja Escarlata.

Y hablando de la protagonista. Oye, qué gran idea contratar a una muñequita sureña de sonrisa profident como Chloë Grace Moretz para interpretar a Carrie. Tú la ves y dices: “Seguro que le hacen bullying y se ríen de ella. La clásica paria social de instituto”. Y es que, claro, “asín” es Hollywood: incluso para interpretar a un personaje que la novela describe explícitamente como fea (alta, desgarbada, con sobrepeso y cubierta de granos) tienen que elegir una belleza estereotipada. Y sí; tampoco es que Sissy Spacek fuera un ogro, pero distaba de ser una belleza típica y tenía un punto muy inquietante. Y, por cierto, Spacek tenia veinte años cuando interpreto el papel, la amiga Chloë quince, y eso también es un error: sencillamente, y por mucho que el personaje tenga esos quince años, es imposible que una chica de esa edad pueda interpretar correctamente un personaje tan complejo y atormentado.

En fin, podría seguir horas y horas glosándote todo lo que esta mal aquí, pero hay un ejercicio mucho más demoledor. Cógete la peli de De Palma y ponte sus primeros cinco minutos: La música de Donaggio; ese tráveling lateral en cámara lenta, atravesando las filas de taquillas; el filtro difuso que llena el plano de luz; los planos detalles al cuerpo de Spacek… Luego ponte ésta y su correcta (a secas) y estéril puesta en escena, perfectamente olvidable. Está todo dicho.

Otro remake que solo sirve (y no es poco) para revindicar el original. No pierdas tu tiempo salvo si es como ejercicio de melancolía.
Jinete nocturno
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