Haz click aquí para copiar la URL
Estados Unidos Estados Unidos · 544 Camp Street. New Orleans
Voto de Jinete nocturno:
5
Terror. Thriller Anna Rydell (Emily Browning) regresa a casa junto a su hermana -y mejor amiga- Alex (Arielle Kebbel), tras su estancia en un hospital mental. Pero su recuperación se pondrá en peligro por culpa de su cruel madrastra, de su padre ausente y de la presencia de un fantasma que habita en la casa... Remake americano de la película surcoreana "Janghwa, hongryeon", dirigida por Ji-woon Kim en 2003 y estrenada posteriormente en España bajo el ... [+]
3 de enero de 2014
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dice el informe PISA que un quinceañero coreano tiene un nivel de comprensión equivalente al de un universitario yanqui o español (que andan, más o menos, y por si a alguien le sirve de consuelo, a la par). Y se nota… Ya te digo si se nota.

Sí, porque resulta que llega el señor Kim Jee-woon y nos regala una pequeña joya de exquisito lirismo, impecablemente rodada y dotada de un guion milimétricamente calibrado en el que cada fotograma resulta casi imprescindible para desencriptar la trama, y como premio por tanta osadía, los genios que pululan por aquí le otorgan un “generosísimo” 5.8; la misma nota que Transformers. Pero, eso sí, un lustro más tarde, los hermanos Guard –conocidos en su casa a la hora de comer-, cogen el mismo núcleo argumental, lo enmierdan con clichés yanquis de la peor calaña, hacen la trama completamente lineal de manera que hasta un chimpancé lobotomizado pueda entenderla, eliminan cualquier licencia poética o forma de metalenguaje que pueda confundir a los homers simpsons de la sala…. Y el resultado es una nota de 5.4. Plas, plas, plas.

Y, claro, la pregunta es obligada: ¿Cómo es posible semejante “paradoja”? ¿Cómo es que en filmaffinity se valora igual a Wagner que a Pit Bull? Coño, pues es obvio: porque la mitad de los que vieron el original no entendieron una mierda e hicieron lo que hace todo patán al enfrentarse a su propia incompetencia: hacer pagar al prójimo los pecados propios; por supuesto, la suspendieron porque… Coño, si yo, con lo listo que soy, no la he entendido es que es mala… ¿no? Pero, ¡ah!, ésta, la canadiense, es otra cosa. Esta si la he pillado…

En fin. Iré al grano, que luego me caliento y…
-----

Esta película, hay dos formas de juzgarla: como obra aislada o como el remake que es.

Si hacemos lo primero, que a lo mejor es lo más sano, no me queda más remedio que aprobarla -por los pelos, eso sí- . La dirección, aunque resulta absolutamente gris e insulsa y transmite la misma emoción, tensión o intriga que una colonoscopia, es razonablemente correcta: no revela ni un atisbo de talento por parte de los Guard, pero, en general, tampoco resulta catastrófica. En cuanto a las interpretaciones… Meh. Nada del otro jueves. No me parece que Emily Browning haga nada que no pueda hacer cualquiera otras 6000 actrices de parecido físico que andan por Hollywood comiéndole la herramienta a los productores. Y del resto del reparto, tres cuartos de los mismo.

Y luego está la trama, que es tan casposa y previsible como pueda uno imaginarse. Y, cuidado, no lo digo porque sea un remake y me sepa de memoria lo que va a pasar: lo digo por las 300 películas de la sobremesa de Antena 3 clavaditas a esta que he visto. Y es que sí; está película tiene el “mérito” de intentar separarse lo más posible del su referente. Pero lo malo es que lo hace a base de abrazar topicazos de telefilm de la peor calaña. Así que para ese viaje no necesitábamos alforjas.

Pero la sangre llega al río cuando uno trata se comparar esto con el original, algo que es ya de por sí insultante.

El film coreano no era una película de terror al uso, sino, más bien, un thriller psicológico: eso es cierto. Pero eso no significaba que no tuviera momentos del más puro terror. De hecho, nos regalaba un par de las más escenas más escalofriantes que este servidor ha visto en su puñetera vida. En cambio, y aunque lo intenta un par de veces, esta se queda en un par de sustos palomiteros de la peor especie y un fantasma que da mucha, mucha penita. Por otro lado, resulta evidente que los Guard no entendieron el original, que tenía una interpretación infinitamente más compleja y abierta que su película. Para empezar, en aquella jamás llega a quedar completamente claro si, independientemente de los problemas mentales de la protagonista, existe un fantasma real o no. De hecho, la escena de la muerte de la madrastra es problemática. Aquí tiran por el camino del medio y no se calientan la cabeza. ¿Para qué?

Pero, por supuesto, la gran diferencia entre las dos películas no es tanto qué se cuenta (que también) sino cómo se cuenta. Lo que en Kim Jee-woon es poesía visual y un subjetivismo lynchniano de ese que tanto tocas los huevos a algunos, obligando al espectador a prestar atención a cada detalle y tratar de encajar él solito las piezas, aquí es “recorta y colorea”: todo muy mascadito y ordenadito, para que no te pierdas. Si el coreano pecaba de sobrestimar la inteligencia del respetable (y así le fue), los canadienses consiguen que Paris Hiltón de sienta menospreciada.

En definitiva: ¿Tienes problemas con el cine oriental? ¿Eres demasiado vago para pensar o sufres TDAH? No te preocupes: aquí llegan los Guard con su cine coreano para dummies.
Jinete nocturno
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow