Probablemente será el "blockbuster" (éxito de taquilla) menos ortodoxo del año. Y es que el sólo concepto de juntar a los chicos malos para hacer lo políticamente correcto, es poco común. Si a esto sumamos la irreverencia, la originalidad y por sobretodo lo atractivo que resulta una historia como esta para quienes nos gusta la ciencia ficción basada en comics... están todas las cartas para dar un golpe maestro en todos los cines alrededor del mundo. Golpe el cual como producto final podría decepcionar, dada la alta expectativa. Pero que no lo hace: a mi por lo menos, me dejó con un agradable sabor de boca.
Ahora, seguramente los amantes del cine docto o los enemigos del capitalismo gringo (estamos frente a un producto del marketing) desgarrarán vestiduras frente a tan gran monumento de la soberbia de un gran presupuesto, de la actuación superficial y de los lugares comunes. Pero para ellos no existe la diversión simple, no existe el mero placer de comer cabritas dulces frente a un film ruidoso y que cada cinco minutos te hace reír o soltar una carcajada. En otras palabras: si busca una pieza de arte, mejor vaya a un cine independiente. Allí quizás encontrará un punk no "marketeado" como este.
Algo importante: sin lugar a dudas Margot Robbie se roba la película (los trailers ya lo anunciaban promocionando sin pudor su hermoso trasero), relegando con carisma y belleza al gran Will Smith a un mero tercer lugar. Tercero, pues el segundo es de los efectos especiales, los cuales ganan, para ser sinceros, más por su envolvente rimbombancia que por su arte (de hecho, hay partes francamente decepcionantes).
Nota ñoña: a Jared Leto le queda grande el traje de Joker (Guasón) que deja Heath Ledger.