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Voto de Pedro:
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Drama
En 2010, las mujeres que integran una colonia religiosa tratan de reconciliarse con la fe tras haber sufrido una serie de agresiones sexuales. (FILMAFFINITY)
23 de febrero de 2023
71 de 92 usuarios han encontrado esta crítica útil
Miriam Toews, autora de la novela "Ellas hablan", se crio en una colonia menonita canadiense, ya que sus padres eran practicantes de esa religión en la que sus fieles viven apartados del resto de la sociedad del país y guardan sus propias normas, con mayor o menor apertura dependiendo del país donde se ubican. Tras dejar la colonia y convertirse en escritora ha dedicado buena parte de su trabajo literario a reflejar el mundo menonita y a criticar las cosas que consideraba que debían cambiarse y mejorar, especialmente el papel de la mujer subordinado al del hombre en dicha sociedad.
Entre 2005 y 2009 en la colonia menonita Manitoba de Bolivia más de un centenar de mujeres y niñas fueron violadas por un grupo de los hombres que las tomaba por sorpresa y las dormían con un aerosol fabricado a partir de una anestesia para animales con el que rociaban la habitación antes de entrar. Las mujeres despertaban aturdidas, magulladas, con sangre, dolores y otras múltiples circunstancias. Muchas contaban haber sentido que las forzaban o arrastraban. Su palabra era puesta en duda por los dirigentes de la colonia, se les dijo que eran invenciones o ensoñaciones, y al aumentar el número de incidentes en diferentes casas se determinó que debían ser ataques de demonios o criaturas sobrenaturales. Tras cuatro años repitiéndose las violaciones, finalmente atraparon a uno de los violadores cuando se colaba por una ventana, se le interrogó y terminó delatando a otros ocho más. Fueron entregados a los tribunales de Bolivia y en 2011 ocho fueron condenados a 25 años de cárcel por violación y uno a 12 años por ser el que fabricó el aerosol para dejarlas sin conocimiento.
Después de esos sucesos sin embargo, incluso con los culpables en prisión, se siguieron reportando nuevos abusos y agresiones. A las mujeres, por la religión dentro de la colonia, se las conminó en cualquier caso al perdón a sus agresores, ya que el perdón resultaba algo esencial para la salvación del alma.
Toews guardó estrecha relación con algunas de esas mujeres víctimas y se documentó muy bien antes de decidirse a escribir una novela inspirándose en ese caso para recrear una respuesta ficticia a todos esos hechos donde las mujeres hablan sobre cómo afrontarlo y buscar una solución: "Ellas hablan". Sarah Polley, con el asesoramiento de la escritora, adapta la novela para el cine dando como resultado esta película que también dirige y que es fiel en lo esencial al texto original aunque condensando y omitiendo algunas partes de la novela, y ocultando la inspiración en los hechos reales y el lugar y la religión concreta de la colonia que en la novela de Toews sí queda revelado mediante una nota en la primera página del libro.
Las emotivas interpretaciones, la delicada fotografía de colores apagados, la planificación del rodaje alternando el espacio principal cerrado de reuniones en un granero con los planos del entorno, y la ambientación y caracterización de personajes, consiguen dar un perfecto envoltorio a una trama dura y potente. La película sin embargo tiene tal vez algún pequeño inconveniente en lo referente al desarrollo del guion. Así, donde la novela es quizás algo densa, la cinta termina por contagiarse en cierta medida y según avanzan los minutos esa fuerza inicial no acaba por conmover como debiera. No obstante, si tomamos lo que nos narra la película y lo contextualizamos buscando información fuera de ella sobre los hechos reales para comparar realidad y ficción, apreciaremos la verdadera importancia de este trabajo como vehículo de transformación de las cosas. Mérito que hay que agradecer a ambas autoras: directora y escritora.
Recomiendo pues tras ver la película, buscar los artículos aparecidos en prensa, desde por el motivo del estreno del filme hasta los de los años en que sucedieron las hechos que inspiran la historia, redactados por la periodista Jean Friedman-Rudovsky. Así puede apreciarse en toda su dimensión a las heroínas de verdad de carne y hueso tras los muy buenos papeles en la ficción del elenco de actrices protagonistas que encarnan personajes imaginarios. Y así descubriremos la dura verdad de esas mujeres que se encuentran tras la ficción.
Entre 2005 y 2009 en la colonia menonita Manitoba de Bolivia más de un centenar de mujeres y niñas fueron violadas por un grupo de los hombres que las tomaba por sorpresa y las dormían con un aerosol fabricado a partir de una anestesia para animales con el que rociaban la habitación antes de entrar. Las mujeres despertaban aturdidas, magulladas, con sangre, dolores y otras múltiples circunstancias. Muchas contaban haber sentido que las forzaban o arrastraban. Su palabra era puesta en duda por los dirigentes de la colonia, se les dijo que eran invenciones o ensoñaciones, y al aumentar el número de incidentes en diferentes casas se determinó que debían ser ataques de demonios o criaturas sobrenaturales. Tras cuatro años repitiéndose las violaciones, finalmente atraparon a uno de los violadores cuando se colaba por una ventana, se le interrogó y terminó delatando a otros ocho más. Fueron entregados a los tribunales de Bolivia y en 2011 ocho fueron condenados a 25 años de cárcel por violación y uno a 12 años por ser el que fabricó el aerosol para dejarlas sin conocimiento.
Después de esos sucesos sin embargo, incluso con los culpables en prisión, se siguieron reportando nuevos abusos y agresiones. A las mujeres, por la religión dentro de la colonia, se las conminó en cualquier caso al perdón a sus agresores, ya que el perdón resultaba algo esencial para la salvación del alma.
Toews guardó estrecha relación con algunas de esas mujeres víctimas y se documentó muy bien antes de decidirse a escribir una novela inspirándose en ese caso para recrear una respuesta ficticia a todos esos hechos donde las mujeres hablan sobre cómo afrontarlo y buscar una solución: "Ellas hablan". Sarah Polley, con el asesoramiento de la escritora, adapta la novela para el cine dando como resultado esta película que también dirige y que es fiel en lo esencial al texto original aunque condensando y omitiendo algunas partes de la novela, y ocultando la inspiración en los hechos reales y el lugar y la religión concreta de la colonia que en la novela de Toews sí queda revelado mediante una nota en la primera página del libro.
Las emotivas interpretaciones, la delicada fotografía de colores apagados, la planificación del rodaje alternando el espacio principal cerrado de reuniones en un granero con los planos del entorno, y la ambientación y caracterización de personajes, consiguen dar un perfecto envoltorio a una trama dura y potente. La película sin embargo tiene tal vez algún pequeño inconveniente en lo referente al desarrollo del guion. Así, donde la novela es quizás algo densa, la cinta termina por contagiarse en cierta medida y según avanzan los minutos esa fuerza inicial no acaba por conmover como debiera. No obstante, si tomamos lo que nos narra la película y lo contextualizamos buscando información fuera de ella sobre los hechos reales para comparar realidad y ficción, apreciaremos la verdadera importancia de este trabajo como vehículo de transformación de las cosas. Mérito que hay que agradecer a ambas autoras: directora y escritora.
Recomiendo pues tras ver la película, buscar los artículos aparecidos en prensa, desde por el motivo del estreno del filme hasta los de los años en que sucedieron las hechos que inspiran la historia, redactados por la periodista Jean Friedman-Rudovsky. Así puede apreciarse en toda su dimensión a las heroínas de verdad de carne y hueso tras los muy buenos papeles en la ficción del elenco de actrices protagonistas que encarnan personajes imaginarios. Y así descubriremos la dura verdad de esas mujeres que se encuentran tras la ficción.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Como nota añadida, quiero señalar la importancia en la cinta del personaje de August, único rol masculino protagonista, cuya ficticia historia es también importante guardando su propio drama y cuyo papel al trasladarse de novela a película supone quizás el cambio más percibido, pues su protagonismo es más central en la novela ya que se presenta la obra como narrada por él con su propio lenguaje al contarlo mientras lo redacta en las actas de las reuniones. En la película el papel narrador pasa a uno de los personajes femeninos aunque en cierto modo queda implícito que el relato surge de las páginas que August ha escrito pues es la constancia que queda de lo hablado por ellas, y se subraya cuando una de ellas le devuelve el manuscrito diciéndole que no es para llevárselo las mujeres en su esperanzadora marcha a otra parte.
Ellas se van finalmente, en la novela con un futuro más incierto, en la película probablemente con un aire de mayor esperanza; y August, el maestro de la escuela, se queda animado a seguir sobreviviendo como depositario de las historias y reflexiones allí habladas y con la tarea de educar para que todo aquello no volviese a suceder.
Work, for the night is coming,
Work through the morning hours;
Work while the dew is sparkling,
Work mid springing flowers;
Work when the day grows brighter,
Work in the glowing sun;
Work, for the night is coming,
When man's work is done.
En los hechos reales en los que la historia se inspira, no consta ninguna marcha masiva de mujeres de la colonia, aunque la tinta de las palabras de Miriam Toews, las imágenes de Sarah Polley o los artículos de Jean Friedman-Rudovsky conservan el anhelo de que las cosas cambien.
Ellas se van finalmente, en la novela con un futuro más incierto, en la película probablemente con un aire de mayor esperanza; y August, el maestro de la escuela, se queda animado a seguir sobreviviendo como depositario de las historias y reflexiones allí habladas y con la tarea de educar para que todo aquello no volviese a suceder.
Work, for the night is coming,
Work through the morning hours;
Work while the dew is sparkling,
Work mid springing flowers;
Work when the day grows brighter,
Work in the glowing sun;
Work, for the night is coming,
When man's work is done.
En los hechos reales en los que la historia se inspira, no consta ninguna marcha masiva de mujeres de la colonia, aunque la tinta de las palabras de Miriam Toews, las imágenes de Sarah Polley o los artículos de Jean Friedman-Rudovsky conservan el anhelo de que las cosas cambien.