Si tuviese que hacer la crítica solo basándome en el argumento y el guión, la nota sería mucho menor, pero como yo veo el cine como parte de mi entretenimiento y me ha entretenido bastante, la nota es la que es.

Antoine Fuqua ha querido rizar el rizo y nos ha presentado una historia increíble, por la ausencia de realidad y con la cual no nos identificamos en ningún momento. Es lo que suele ocurrir cuando cuentas un cuento a un adolescente, deja de creer en el cuento y no le presta la debida atención. Si nos tenemos que creer que la máxima potencia mundial en seguridad, es atada de manos por cuatro surcoreanos, chinos, japoneses u ojos rayados (elijan ustedes mismos), con un simple avión y una docena de albarokosovares del Mercadona, mal vamos. Que se cepillen tan fácilmente a todo un arsenal, específicamente preparado para proteger al presidente y sin un plan B, es para perder el interés desde bien temprano. Para colmo, todo se reduce a un único hombre, ojo, que aquí Gerald Butler no se trae al resto de los 300, lo hace él solito. Con dos cojones.

Un comienzo espectacular, hay que reconocerlo, y el devenir de la historia en cuanto a entretenimiento, efectos especiales, acción, bombardeos, tiros, explosiones, etc nos llena el vacío que no logra llenar el guión. De esta manera reconozco que en las casi dos horas que dura la película, se me pasó a una velocidad vertiginosa. Que era lo que realmente buscaba.

Si buscáis algo real o parecido, pasad de largo, si buscáis entretenimiento puro y duro, es vuestra peli.