No entiendo como ésta película me gustó mucho cuando la vi en el cine hace 25 años, entretenida si es, pero la recordaba muchísimo más divertida.

Quizás era la edad o el momento, pero que mal la ha tratado el tiempo. Y eso que cuenta con Jim Carrey arrancando su faceta de cómico y abusando de sus gestos, una y otra vez. Jeff Daniels no es nada creíble en ese papel.

Dos tontos muy tontos tiene un título perfecto, porque simplifica en cuatro palabras lo que nos encontraremos a lo largo del metraje, dos tipos que si son más tontos, no nacen. Hay momentos que te sorprenden y te hacen reír con sus tonterías, pero otras en las cuales lo absurdo de la situación, te hace pasar vergüenza ajena (cambio de furgoneta o autobús con chicas), vamos, que ni los más tontos del mundo harían algo parecido.

Tiene momentos grandiosos hay que reconocerlo, pero se exageran tan innecesariamente que pierden esa gracia natural que habría quedado muy bien. La película presenta un argumento interesante que pega un bajó rápidamente y vuelve a subir un poco cuando descubren lo que contiene el maletín. Lo dicho, comedia pasable de los inicios de Carrey.