El ser humano tiene el don de tocar las pelotas en todas las formas posibles y en los momentos menos oportunos, da igual el día, la hora o el momento. El tema es buscarle las tres patas al gato.

Sully es la historia de uno de los acontecimientos más grandes por no decir el más grande en la historia aérea de los Estados Unidos, donde un piloto es capaz de hacer aterrizar un avión con ambos motores estropeados en el mismo río Hudson y no tener ni una sola baja en condiciones climáticas inhumanas. Todo un milagro.

¿Y dónde radica entonces el interés de ésta historia? Pues no solo en contarnos detalladamente como ocurrieron los hechos, sino que los dos máximos protagonistas, el piloto y el copiloto, son investigados para determinar si escogieron la opción más correcta o no. No se tiene en cuenta los 40 años de pilotaje del señor, ni su saber estar, ni nada por el estilo, hay que investigar a ver si se podía mejor la cosa. Increíble.

A mi la dirección de Eastwood me ha parecido más floja que en otras ocasiones, a pesar de la gran actuación de Tom Hanks, no termino de empatizar con el personaje, no sé la razón, pero no me hace sufrir esas pesadillas, esos momentos dramáticos de cargar con la presión del que está siendo señalado por los jefes. Aaron Eckhart está fenomenal como el brazo que lo acompaña en todo momento, tanto dentro como fuera del avión.

La recreación ha sido muy atractiva visualmente hablando, aunque le ha faltado algo de dramatismo a la hora del impacto, todo muy light para mi gusto.

Una gran elección para entretenerse con algo de gran calidad.