Que bajón ha pegado el género de terror en las últimas décadas. Ya tienes que andar con el ojo muy fino para no cometer un bodrio detrás de otro. Este te lo puedes ahorrar.

A ver, si ya una peli de terror tiene esa dificultad para sorprenderte con algo novedoso o una vez arrancada la historia, para despertar tu interés, si a eso sumas un guión hecho con el culo, todo se va al traste muy rápido.

Aquí todo arranca con un accidente de tráfico y a partir de ahí, comienzan las casualidades y el gran ridículo. Ni me cuadra el accidente, ni me cuadra la pérdida de memoria, ni me cuadra su memoria con filtros, ni me cuadra su interés ahora en volver a su casa de niña, en fin, que todo se vuelve caótico, aunque intentan arreglarlo al final con una reconstrucción de los hechos, que no sólo confunden más al espectador, sino que es más increíble, que lo que se podría predecir.

Lo dicho, se la pueden ahorrar.