Estoy cansado de ver repetidamente en series norteamericanas como dentro de una comisaría de policía, preocupan más las estadísticas de casos resueltos y la repercusión pública de algún caso, que realmente encontrar al o a los culpables.

Condenados trata precisamente de esto, Atom Egoyan aprovecha una historia real y con mucha publicidad que data de principios de los 90, donde tres niños de ocho años fueron asesinados muy cerca de sus respectivas casas. El caso creo tal polvareda en los medios locales, que la policía se apresuró a buscar de inmediato a cualquier cabeza de turco y lo encontraron en la persona de tres chavales un poco raros, que eran seguidores de la magia negra y el satanismo. ¡ Bingo ! Precisamente lo que estaban buscando. Si a esto sumamos una serie de pruebas que caían por su propio peso, sin argumentos válidos, no entiendo el resultado final y los acontecimientos posteriores.

La película sigue la línea del típico culebrón de fin de semana, donde estás más pendiente de que llegue el final a ver como se resuelve el asunto, que a disfrutar del producto. Eso sí, no la recomendaría a personas sensibles con niños maltratados de por medio. No vale la pena pasar un mal rato.